EN CORTO
José Ortiz Medina
En política, el poder se ejerce de muchas formas, pero si de designaciones se trata, el que firma, manda. Y en Veracruz, solo hay un veracruzano con facultad estatutaria y legal para decidir candidaturas: Edgar Herrera, del Partido Verde. Sí, el famoso “Gary” Herrera, a quien muchos ven todavía demasiado verde—y no por el partido—para las ligas mayores, pero que, al final del día, tiene la firma que cuenta.
Ni el incómodo de los jorongos verdes y los trajes del Tío Gamboín versión 4T, ni los que fingen autoridad con poses y discursos huecos. Por Morena, la encargada de firmar es Luisa María Alcalde Luján. Y por el PT, el único con la pluma en la mano es el Profe Alberto Anaya, un histórico de la política mexicana que sabe moverse con la paciencia de un ajedrecista. Y es que en su partido no solo hay ideología, también hay estrategia. Basta con mirar a su presidente del Senado y su “familia” política cuyo apellido empieza con “Y”. ¿Qué acuerdos se están tejiendo ahí? ¿Qué números alegres han cuadrado en la negociación? Esa es una historia que merece atención.
Mientras tanto, se viene una ofensiva desde el oficialismo contra el PT. ¿Cómo será el golpe? ¿Presión a sus alcaldes? ¿Advertencias a sus diputados? No se sabe con certeza, pero lo que sí es un hecho es que la señora de Zacatecas no es de las que dejan cabos sueltos. Su paciencia no es eterna, y cuando decida actuar, más de uno va a entender lo que significa la disciplina política.
La pregunta no es quién firma, porque eso ya está claro. La verdadera cuestión es quién resistirá la tormenta que viene.