José Ortiz / En Corto
De buena fuente se sabe que la alianza entre el PT, Morena y el PVEM no se concretó no por falta de voluntad en Veracruz, sino por la soberbia de la dirigencia nacional de MORENA. El Profesor Alberto Anaya, un hombre de trayectoria, fue tratado con la indiferencia y la arrogancia de los nuevos políticos de Instagram, esos que creen que los acuerdos se sellan con selfies y discursos vacíos en redes sociales, sin entender que la política se construye con negociaciones reales, con estructuras y con oficio.
Mientras que en Veracruz la dirigencia estatal del PT veía con buenos ojos consolidar un frente común, en el centro ya tenían otros planes. Pero no se trató de una simple exclusión; fue un mensaje claro de que el PT debía aceptar su rol subordinado o quedarse fuera. Y la respuesta fue contundente: el PT no aceptará imposiciones ni será tratado como un simple accesorio electoral.
El partido ha decidido apostar por su propia fuerza, medir su músculo político y demostrar que puede caminar solo. No fue una ruptura improvisada, sino una decisión bien calculada basada en la realidad política de Veracruz. El PT ha crecido, ha consolidado liderazgos y, lo más importante, ha abierto las puertas a perfiles de todos los partidos políticos.
Como lo declaró Vicente Aguilar Aguilar, coordinador estatal del PT, el partido no tiene prejuicios sobre el origen partidista de quienes deseen sumarse, siempre y cuando sean personas decentes, trabajadoras y honestas. “Que sean cercanos a la gente, eso es lo que queremos”, afirmó Aguilar, dejando claro que en el PT hay cabida para liderazgos de Morena, del PRI, del PAN e incluso de otros partidos.
Y aquí es donde entra la variable en la ecuación, la que pusimos sobre la mesa antes que nadie: la famosa “Y”. El que entendió, entendió. La política es de estrategias, de piezas que se mueven en el momento preciso, y el PT lo ha entendido mejor que muchos.
Porque, guste o no, el PT saldrá con mejores números que muchos partidos que antes se sentaban en sus laureles a esperar resultados y a cobrar prerrogativas. En este análisis queda claro que la votación para el PT será histórica y marcará un crecimiento que cambiará las reglas del tablero.
Y aquí la clave: las y los candidatos que sepan construir discursos fuertes en torno a la Presidenta y el segundo piso de la transformación serán acreedores de buenos números. El PT ha decidido que no será un espectador en esta elección. El que pensó que quedaría relegado, pronto se dará cuenta de que el PT es la 4T.