Veracruz: El cementerio clandestino de México

José Ortiz / En Corto

Las cifras son demoledoras y los testimonios, desoladores. Veracruz es el estado con más fosas clandestinas en México. Y lo más grave: la ONU confirma que hubo autoridades coludidas con el crimen organizado para permitirlo.

El informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas no es novedad, es solo la confirmación de lo que las madres buscadoras han gritado durante años. Veracruz es un cementerio sin lápidas. Aquí los desaparecidos ya no se buscan, solo se cuentan.

Alan García Campos, coordinador de la Unidad Legal y de Análisis de la ONU en México, lo dejó claro: el crimen organizado no actuó solo, hubo estructuras de gobierno que lo permitieron.

Durante el gobierno de Cuitláhuac García, Veracruz fue un infierno. No hubo discursos que explicaran por qué el estado encabezó la lista de fosas clandestinas. ¿Por qué tantas madres tuvieron que excavar con sus propias manos para encontrar los restos de sus hijos?

Se nos vendió la militarización como solución. Nos prometieron transformación, pero lo único que llegó fue más impunidad.

Desde 2018, Veracruz lideró las estadísticas de desapariciones. Hace unos años, la fiscalía halló 174 cuerpos en una sola fosa. En Colinas de Santa Fe y El Arbolillo, entre 2016 y 2022, se encontraron más de 600 cadáveres. Y nadie respondió por ello.

Los colectivos de búsqueda hicieron lo que el gobierno no quiso hacer. Las madres de los desaparecidos trabajaron más que las propias instituciones. Con recursos propios y con la fuerza del dolor, encontraron cuerpos, pistas y demostraron que la justicia en Veracruz no se buscó en oficinas, sino en la tierra removida.

Pero el gobierno de Cuitláhuac García no solo fue omiso, fue cómplice por inacción. ¿Dónde estuvieron los responsables? ¿Por qué la justicia nunca llegó? La impunidad fue política de Estado en Veracruz.

El problema de las fosas no es del pasado, es un reflejo de lo que no se resolvió. Veracruz sigue siendo un territorio donde las desapariciones dejaron cicatrices imborrables, donde los cuerpos siguen apareciendo y donde las autoridades de antes prefirieron encubrir en lugar de investigar.

La ONU ya lo dijo, las familias lo saben y la historia lo juzgará. Veracruz fue el epicentro del horror. Aquí la justicia se enterró y la impunidad floreció. Es hora de que eso cambie.