Alcalde de Papantla, más lento que una tortuga

Lento muy lento se vio el alcalde de Papantla, Celestino Pino Guevara, después de dos estallidos que estremecieron el municipio donde se supone que está gobernando.

Como usted bien sabe estimado lector, el miércoles de la semana anterior un albañil de 25 años recibió en su hogar un supuesto regalo y al abrirlo se encontró con una botella de perfume que explotó y le ocasionó graves lesiones.

Y el domingo, una pastora evangélica sufrió el desprendimiento de una mano luego de lanzar a la basura una botella aparentemente con perfume.

Ambos atentados ocasionaron pánico y psicosis en toda la población, pero el timorato alcalde esperó hasta la madrugada de este lunes a que colocaran un tercer artefacto, para pedirle a sus gobernados que “guarden la calma” cuando el que ha actuado con toda la calma y pachorra del mundo ha sido él.

Y ni qué decir de las autoridades estatales, también lentísimas. Tanto que hasta este lunes le dieron el reporte a la gobernadora Rocío Nahle.

Si eso no es lentitud, no sabemos qué otro nombre tendrá.