Aunque la Presidenta Claudia Sheinbaum negó que hubiera acarreo el pasado domingo en el Zócalo capitalino, una reportera le refutó en la mañanera al comunicarle que al menos 18 personas que asistieron al mitin, perdieron la vida cuando el camión en que regresaban rumbo a Oaxaca, de donde eran originarias, volcó en la carretera.
Si la presidenta dice que no hay acarreados “porque nadie los obliga a asistir a los mítines”, no sería mala idea que se diera una vueltecita por Veracruz, donde obligan a los empleados del gobierno estatal a acudir a esas concentraciones.
Y es que aunque sus jefes no se lo dicen abiertamente, los burócratas veracruzanos saben perfectamente que las represalias no se harán esperar ante una negativa. Y éstas van desde despidos y recortes de sueldo, hasta la eliminación de beneficios a los que tienen derecho en sus centros de trabajo.