Luego de que la joven Marlene Hernández Castillo, funcionaria del DIF estatal, se viera impedida para suceder en la alcaldía de Misantla a su padre Javier Hernández Candanedo por aquello del nepotismo, éste se puso furioso con la gobernadora Rocío Nahle, pero se desquitó con los agentes municipales.
Si usted vio este martes en la Plaza Lerdo una manifestación de agentes municipales misantlecos exigiendo que les paguen sus emolumentos, debe conocer la historia.
Hace unas semanas cuando la presidenta Claudia Sheinbaum fue a Misantla, el alcalde Javier Hernández se acercó a la camioneta de la gobernadora Nahle para saludarla, pero recibió una orden perentoria. “Quiero que les pagues a los agentes municipales”, le habría dicho doña Rocío.
Turbado y sorprendido el alcalde alcanzó a balbucear: “Sí señora, les pagaré de a poquito, cuando se pueda”. “No, te ordeno que les pagues ahora”, contestó la gobernadora.
Pero las semanas pasaron y el alcalde siguió sin pagar. Y ahora que se enteró que su hija no lo sucederá en el cargo, ¡menos!
Con esa actitud gandalla, Javier Hernández Candanedo pretende desquitarse de la gobernadora que, según él, impide el crecimiento político de su hija. Pero los “paganos” están siendo los agentes municipales que como se dice coloquialmente, no tienen vela en ese entierro.
