Cachan a delegado de Transporte en zona norte en bar y con uniforme y no lo corren

Para que vea usted hasta dónde llega la prepotencia y altanería de algunos funcionarios públicos. A pesar de que se les recomienda no acudir a bares y cantinas disque por cuestión de seguridad y para cuidar la imagen de la institución a la que pertenecen, y menos acudir uniformados, todo eso le importa un rábano al delegado de la zona norte de la Dirección de Transporte Público, Edgar Hernández Mora.

Este sujeto fue grabado en un bar de Pánuco ingiriendo bebidas alcohólicas con el uniforme puesto y acompañado del comandante de su corporación, en un desplante de machismo autoritario que fue reprobado hasta por los propios parroquianos.

A este hecho reprobable hay que agregar que son constantes las quejas contra el funcionario y sus elementos por, presuntamente, atracar no sólo a unidades del transporte público, sino a vehículos particulares.

Hasta donde se sabe, Édgar Hernández Mora fue nombrado en ese cargo gracias al respaldo del ex subsecretario de Finanzas, Eleazar Guerrero Pérez, a quien -según versiones- le mandaba religiosamente cada mes 80 mil morlacos, producto del presunto botín derivado de posibles atracos a dueños o choferes de unidades automotoras.

Hernández Mora ha sido visto conduciendo una camioneta Chevrolet Cheyenne de doble cabina y modelo reciente con un valor aproximado de 700 mil pesos, vehículo que dudamos haya adquirido sólo con lo que percibe con su sueldo.

Pero para “despistar”, también se desplaza en una camioneta Ford pickup de modelo más atrasado… ¡y sin plazas!

Si hace unos días un par de agentes de tránsito fueron cesados sin la menor contemplación por recibir 500 pesos de mordida, nadie se explica cómo es que un sujeto como Édgar Hernández Mora que ha sido señalado de abuso de autoridad, presunto robo, prepotencia y ahora es exhibido como un sujeto al que le gusta pegarse a la botella, siga en un puesto de tanta responsabilidad.

Si en efecto la gobernadora Rocío Nahle está haciendo una limpia de malos funcionarios, debería ver hacia Pánuco donde hay una manzana podrida que puede pudrir a las demás.