José Ortiz
En Veracruz, las curules se vacían con la ligereza con la que se cambia de sombrero en campaña. Diputados, diputadas y hasta sus suplentes abandonan el Poder Legislativo con singular alegría para lanzarse por cargos municipales. La escena es tan absurda como preocupante: aquellos que juraron legislar por el bien de los veracruzanos hoy se marchan sin pudor, sin siquiera terminar el periodo por el que fueron votados. ¿La razón? El apetito político y presupuestal que ofrecen los ayuntamientos.
El Congreso local se ha convertido, una vez más, en una simple sala de espera. Ya ni se molestan en fingir vocación parlamentaria. Ahora el Legislativo es una pasarela donde se elige al mejor postor, al que más rápido corra por una sindicatura o una presidencia municipal. Porque ahí, en los municipios, están los contratos, los moches, las obras y, por supuesto, los votos de carne y hueso. Lo demás es puro trámite.
Y aquí conviene recordar una frase de Churchill que parece escrita para describir a estos políticos tropicales: “Algunos cambian de partido por su ideología; otros cambian de ideología por su partido.” Pero en Veracruz ni eso: cambian de cargo como quien cambia de camisa, sin importarles la función pública, la ley, ni el mínimo respeto por el Poder que dicen representar.
El Congreso se queda con bancas vacías. No porque falte gente que quiera ocuparlas, sino porque quienes las ocupan no quieren ejercerlas. Para ellos, legislar es aburrido, engorroso y poco redituable. Prefieren el calor del municipio, donde se firman cheques, se entregan despensas, se construyen obras sin supervisión y, sobre todo, donde la cuenta pública se puede manipular con mayor facilidad.
Mientras tanto, los veracruzanos se quedan sin representación real, sin voz que impulse iniciativas, sin seguimiento a las leyes que necesitan reformas urgentes. El Congreso como institución queda debilitado, menoscabado por la frivolidad y la voracidad de quienes lo usan como trampolín.
¿Hasta cuándo seguirá esta farsa? ¿Hasta cuándo los partidos políticos permitirán que sus “cuadros” solo vean a las diputaciones como un punto medio para alcanzar un nuevo cargo? ¿Dónde quedó el compromiso, la rendición de cuentas, la seriedad institucional?
Veracruz no puede permitirse legisladores a medias. No puede seguir eligiendo a quienes no quieren legislar, a quienes usan la curul como selfie electoral para luego abandonarla sin mirar atrás. Porque lo que está en juego no es solo el nombre de un diputado o una diputada, es la dignidad del Poder Legislativo, el respeto al voto ciudadano y la credibilidad de toda una democracia que, poco a poco, se resquebraja.
Y cuando el Congreso se convierte en hotel de paso, la ley pierde fuerza, la ciudadanía pierde confianza y la política se convierte en la caricatura que hoy lamentablemente vemos.
Y es que el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso de Veracruz, Esteban Bautista Hernández, confirmó que el jueves se reunirá con diputados y asesores jurídicos para definir qué pasará con los curules que podrían quedar sin diputados y suplentes, luego de que resultaron seleccionados para ser candidatos.
“Vamos a determinar con el grupo de asesores, vamos a platicar también con los diputados y posteriormente vamos a emitir un comunicado”, expresó.
Lo anterior luego de que se informó que el diputado por Tuxpan, Daniel Cortina Martínez, fue nombrado promotor de la Cuarta Transformación y es virtual candidato a la presidencia municipal por parte de Morena.
En ese caso su suplente Citlali Medellín Careaga fue presentada como candidata a la alcaldía de Tamiahua por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
A esto se suma que el diputado morenista Alejandro Porras Marín fue nombrado promotor de la Cuarta Transformación por el municipio de Huatusco y su suplente es el actual director de la Comisión de Agua del Estado de Veracruz (CAEV), Luis Fernando Cervantes Cruz.
En ambos casos, si se concretan sus candidaturas, las curules quedarían no solo sin diputados propietarios sino también sin sus suplentes.
Por lo anterior, el presidente de la Jucopo adelantó que tendrán que revisar la ley para determinar cómo proceder ante esa situación.
“Se aplicaría lo que la ley nos mandate, nosotros siempre hemos dicho que fuera de la ley no hay nada. Si la ley nos dice que no hay salida, de todas maneras daremos a conocer”.