José Ortiz / EN CORTO
“¿Hasta cuándo abusarás, Catilina, de nuestra paciencia?” —pronunció Cicerón en el Senado romano para denunciar una traición que ya olía a ruina. Y esa misma pregunta resuena, con más razón que nunca, en el Veracruz de 2025, donde el Partido Verde sigue siendo el refugio perfecto para los operadores de la simulación. Hoy los nombres ya no son Catilina, sino Marcelo Ruiz Sánchez y Nino Baxin, los presuntos autores intelectuales y operativos de una maquinaria que vende candidaturas, sabotea proyectos y negocia el futuro como si fuera baraja de cantina.
Y lo peor es que ya empezó de nuevo. Al día de hoy, Nino Baxin está operando su acostumbrada porquería, como si el calendario electoral fuera su calendario fiscal. Nos enteramos por personas a quienes ya se les han ofrecido las po$icione$, no con base en militancia, mérito o trayectoria, sino con base en cuánto están dispuestos a pagar. Porque en el Verde versión Baxin, el primer paso no es registrarte… es depositar.
No es nuevo. En 2017, 2021, 2024 y ahora 2025, Marcelo le ha cedido la planilla del Partido Verde a este operador anacrónico que lo único que garantiza es que el Verde no gane nada, pero sí estorbe mucho. No se construye estructura, se simula. No se busca representar a nadie, se venden los espacios al mejor postor, generalmente al PAN, a los Yunes, o a cualquier grupo que prometa impunidad a cambio de una regiduría.
En 2021, el Verde con Baxin obtuvo apenas 6,531 votos; en 2024, apenas 3,147 votos a favor de Rocío Nahle, muy lejos de los 16 mil necesarios para conseguir una regiduría. Pero eso no importa cuando el negocio es que no ganes, sino que cobres por dejarte perder.
Y lo de siempre: en la lista aparece la hija de Nino Baxin, su marca, su cédula familiar. No tiene estructura, no la siguen, pero sirve para dar la cara mientras él opera en lo oscurito. La fórmula es la misma de siempre: simular presencia, vender candidaturas, entregar el partido… y salir cobrado.
Y mientras todo esto ocurre, Marcelo Ruiz no sólo lo permite, lo respalda. Porque su control del Verde no es para impulsar causas ambientales o sociales, sino para mantener una estructura útil al sistema que dice combatir. No construye con Morena, sabotea desde dentro. No suma a la transformación, la entorpece por consigna o por billete.
Rocío Nahle ya lo vio, ya lo sufrió. Y ahora, en 2025, Baxin está de nuevo al acecho, vendiendo lo que no le pertenece y usando el nombre del Verde para beneficiar a los de siempre.
Por eso, en este Veracruz que quiere justicia y ya no tolera farsas, vale la pena recuperar la voz de Cicerón, no como cita literaria, sino como acto de defensa ciudadana:
¿Hasta cuándo abusarás, Catilina, de nuestra paciencia?…
¿Hasta cuándo, Marcelo? ¿Hasta cuándo, Baxin?…