En Corto / LAS BATALLAS POR EL PODER: FIDEL Y MIYULI, UN ODIO QUE SÓLO LA MUERTE PUDO APAGAR

EN CORTO

José Ortiz Medina 

Casi como en la novela Pedro Páramo, de Juan Rulfo, eso era un rencor vivo.

Fue un odio que perduró por décadas.

Las llamas del resentimiento se rehusaban a morir.

Nadie supo a ciencia cierta el origen de la confrontación.

El motivo del pleito fue una explicación que se diluyó en el tiempo.

Sin embargo, se tejieron una y mil historias y se urdieron infinidad de conjeturas: que Tío Fide le robó una novia a Miguel Ángel Yunes, que si esto, que si lo otro…

Pero la única certeza es que el odio era real, más de Yunes hacia Fidel que de éste hacia el “turco”, porque Tío Fide era menos obsesivo con sus adversarios. “No tengo santo aborrecido”, solía decir el cuenqueño.

Y es que Yunes Linares siempre ha sido más visceral. Es implacable con sus enemigos.
La bronca entre ambos se hizo más intensa e hizo crisis cuando Yunes ejerció el poder en su mini gubernatura.

Entonces Yunes amenazó a Fidel con meterlo a la cárcel y éste sabía que MAYL era capaz de eso y más.

Fidel padeció en carne viva la guerra psicológica montada por Yunes. FHB ya no era libre de ir al teatro, al cine o a un restaurante, en la CDMX, porque siempre había agentes ministeriales que lo perseguían a todas partes y haciendo ostensibles sus armas de fuego.

Con Jorge Winkler como Fiscal incondicional, Yunes presentó denuncias por presuntos desvíos no sólo contra su antecesor Javier Duarte, sino también contra Fidel Herrera, quien fue el “padrino”, hacedor e impulsor de Javidú.

Fueron citados a declarar ejércitos de ex servidores públicos y ex mandos medios de las dependencias con la intención de sacarle la “sopa”, e invariablemente las preguntas siempre iban encaminadas a intentar incriminar a Javier Duarte y a su mentor.

Como ya es historia conocida, el punto culminante de esta cacería fue la detención de Javier Duarte en Guatemala. Y aunque en la aprehensión no tuvo nada que ver la FGE, Yunes se la agenció como uno de sus “logros”. Así, que ya encarrerado, el jefe del Clan de «El Estero», habría lanzado la advertencia amenazante: “y ahora vamos por ti, Fidel”.

Fueron tiempos difíciles para Fidel. De mucho estrés, de mucha presión psicológica.

Fue tanta la preocupación de Fidel, que contrató a una importante firma de abogados para analizar caso por caso y revisar de manera detallada las denuncias que interpuso Yunes.

Así, en su residencia de Las Lomas, en la capital del país, desfilaron ex secretarios, ex subsecretarios, ex directores, quienes aportaron información a los abogados de Fidel, sobre cómo estuvo el desempeño de sus funciones

Fueron jornadas extenuantes, agotadoras. Y aunque finalmente los abogados concluyeron que no había por dónde Yunes encontrase asideros para procesar a Fidel, éste de repente vio mermada su salud.

Así que vino el primer infarto cerebral y poco después un segundo evento cerebro vascular. La calidad de vida se redujo casi al mínimo: perdió la capacidad del habla y quedó anulada su motricidad.

Aunque no podía caminar ni hablar, dicen sus familiares y amigos, que Fidel jamás perdió la capacidad de reconocer o identificar a las personas con las que vivía o lo visitaban.

El pasado viernes, a los 76 años de edad, se fue la leyenda. Personaje fuera de serie. Acaso, uno de los mejores gobernadores que ha tenido Veracruz.

Y lo que son las cosas, pues en un gesto que puede calificarse como de cortesía política, Miyuli publicó en redes sus condolencias a los familiares de Fidel.

Sólo la muerte apagó la llama del odio.