Daniel Baizabal habría comprado candidatura en varios millones; Zepeta y Paco de la Huerta, personajes clave

José Ortiz / EN CORTO

Hay una pieza clave en la venta de candidaturas de varios municipios de Veracruz.

Nos dicen que se llama Francisco Javier de la Huerta Cotero, miembro de la Comisión Nacional de Elecciones de Morena.

Nos comentan que ese personaje fue el que decidió candidaturas en varios municipios.

Y aseguran que uno de los clientes de Francisco Javier de la Huerta Cotero habría sido Daniel Baizabal, quien ha acumulado una fortuna producto de jugosos contratos que le han otorgado, a él y a sus socios, desde el gobierno de Cuitláhuac García e incluso dicen que también con Nahle.

Dicen que De la Huerta Cotero se fue, como el Jibarito, loco de contento con su cargamento para la ciudad. Aseguran que tras las jugosas negociaciones de esas postulaciones, Francisco Javier de repente comenzó a caminar inclinado hacia uno de sus costados, caminando como de lado. Que según se fue bien cargado. En otras palabras, se fue “cabezón”, diríamos los jarochos.

Para que tengan una idea de quién es Francisco de la Huerta Cotero, baste leer la columna de Carlos Loret de Mola del 13 de diciembre de 2021:

Todos los perfiles conducen al mismo alto funcionario. Dos eran sus choferes, otro era el que mandaba los periódicos a los estados y hacía la logística, uno más es su amigo y otro su secretario particular.

Mujeres y hombres que participaron en el Carrusel de Cash para mover más de 40 millones de pesos en efectivo formándose una y otra vez en una misma sucursal bancaria y hacer las operaciones hormiga en cuestión de minutos, tienen un jefe en común: Gabriel García Hernández, operador electoral y financiero de López Obrador, senador de Morena, y quien arrancó el sexenio con oficina en Palacio Nacional como encargado de repartir todos los programas sociales.

En la operación Carrusel de Cash, dinero que supuestamente sería para los damnificados
del sismo terminó en las campañas de Morena. Participaron más de treinta personas que se volvieron funcionarios del gobierno, entre ellos el secretario particular del Presidente, Alejandro Esquer, y su oficial mayor, Denis Vasto. Así lo reveló una investigación de Latinus y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, que recogió El Universal.

Los caminos de todos los involucrados conducen a Gabriel García:
Su chofer es León Felipe Vidauri Alfaro, el que más dinero en efectivo movió: 3.7 millones de pesos. Su otro chofer, Santiago de la Huerta Cotero, sacó 2 millones en cash. A Guillermo Genaro Polanco lo tenía para repartir, a los estados del país, el periódico oficial de Morena, Regeneración, y luego se ocupó de organizar la logística. Él fue por 3.1 millones. Su amigo Camilo Oviedo Bautista, vinculado a movimientos por 2.6 millones de pesos, estaba de jefe de Unidad y actualmente es el número dos de Conafor. Francisco Javier de la Huerta es su secretario particular, y se desempeñó como jefe de los superdelegados y “servidores de la nación”. Su nombre aparece en el manejo de otros 2.6 millones de pesos.

Sólo cito algunos de los nombres más relevantes, pues prácticamente los 34 que participaron en la operación Carrusel de Cash a favor de Morena durante la campaña política de 2017-2018 y obtuvieron de premio cargos en el gobierno federal, están vinculados a Gabriel García. Lo aquí expuesto es una combinación de documentos y revelaciones de fuentes oficiales con acceso de primer nivel a Palacio Nacional.
Hasta la publicación de esta columna, los funcionarios de más alto rango que aparecían relacionados directamente con el Carrusel de Cash eran el secretario particular del presidente, Alejandro Esquer, y la oficial mayor de Palacio, Denis Vasto.
Ahora sumamos a Gabriel García Hernández, quien en los primeros tres años del sexenio tuvo una relevancia política quizá mayor que los anteriores, pues se encargaba de repartir los miles de millones de pesos de los programas sociales y manejaba a los casi 20 mil “servidores de la nación”, operadores electorales primero de Morena y luego del gobierno. Fue despedido porque nunca pudo hacer padrones de beneficiarios transparentes, porque la Auditoría Superior detectó 100 mil beneficiarios fantasmas y porque estas dos cosas dificultaron la operación electoral de Morena: el descalabro en la Ciudad de México se lo achacaron a él.

El círculo de esta trama cerca cada vez más al Presidente: Esquer, García, Vasto. ¿Alguien sigue pensando que él no es responsable de nada?

Hasta ahí, la columna de Loret.

Por otra parte y de acuerdo con el libro El gran corruptor, de Elena Chávez, en el capítulo «El cash viaja en cajas de huevo», se revela un complejo sistema de financiamiento ilegal vinculado a Andrés Manuel López Obrador, que se remonta a sus tres campañas presidenciales. Fuentes cercanas a la operación revelaron cómo se manejaron sumas millonarias en efectivo, implicando un esquema de corrupción y posible lavado de dinero. La investigación menciona que el dinero que AMLO usaba para subsistir y aparentar andar con «200 pesos» en el bolsillo era porque todo el dinero se guardaba en casas de seguridad o cuevas, sin embargo ésta se centra en una propiedad ubicada en la Colonia Roma, en la Ciudad de México, la cual funcionaba como una «cueva», término utilizado en la jerga policial para describir casas de seguridad empleadas en el almacenamiento de grandes cantidades de dinero y actividades de espionaje.

Esta residencia, particularmente en la calle Córdoba 196, jugó un papel clave durante la tercera candidatura presidencial de López Obrador. Ya que funcionó como casa de campaña también. De acuerdo con la autora del libro, Elena Chávez, Víctor Manuel López Guzmán, antiguo empleado de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y experto en sistemas computacionales de seguridad, fue quién le proporcionó un testimonio detallado sobre la operación.

Según el capitulo, este personaje le reveló cómo esta residencia, manejada por Francisco Javier de la Huerta Cotero, ex coordinador en la Secretaría de Bienestar y hermano de Santiago de la Huerta Cotero, chofer de Gabriel García, se utilizó para recaudar y almacenar cantidades significativas de dinero.

De acuerdo con Guzmán, en la propiedad se acumularon hasta 500 millones de pesos en efectivo. Este dinero, según sus palabras, se utilizó para comprar voluntades y nunca se reportó al Instituto Nacional Electoral (INE), lo que, según él, plantea serias dudas sobre su origen y legalidad. La trama se complica con la conexión de figuras clave como Yeidckol Polevnsky y Gabriel García Hernández, este último un importante recaudador y estratega financiero del círculo cercano a López Obrador.

Las actividades financieras de estos individuos, junto con los hermanos De la Huerta Cotero, quedaron registradas en investigaciones del INE, que detallan depósitos millonarios y un esquema conocido como «carrusel del cash» que es el hace alusión Carlos Loret en la columna anteriormente citada.

Según el testimonio de Víctor, al descargar cajas sumamente pesadas preguntó a Gabriel García que qué era lo que se tenía adentro a lo que él contestó que era documentos. Al terminar de descargar las cajas de huevo, le demostró que eran millones de pesos. Según su testimonio, eran alrededor de 80 millones de pesos en todas las denominaciones.

De acuerdo con el libro, de acuerdo con el testimonio que Víctor refirió a la autora, había más «cuevas» en la Roma. La implicación de estas operaciones en actos se ve agravada por la falta de indagatorias por parte del Servicio de Administración Tributaria (SAT), a pesar de que el origen del dinero y las cantidades involucradas ameritarían una investigación por lavado de dinero, asevera la autora.

Según la autora, esta red de financiamiento clandestino revela cómo AMLO pudo mantener un estilo de vida lujoso y financiar campañas políticas. Además mencionó que la operación en la Colonia Roma, y posiblemente en otros lugares, requería de cómplices bien remunerados. La autora señala que la mayoría de esos cómplices ahora tienen puestos muy altos de gobierno así como que las promesas de López Obrador de combatir la corrupción y la impunidad se quedaron en eso pues no se entiende que tantos años sin trabajar le den oportunidad de mantener un nivel de vida alto y sólo andar con 200 pesos en la bolsa.

Pues de acuerdo con esos testimonios, ese sería Francisco Javier de la Huerta Cotero, quien -según nuestras fuentes- decidió algunas candidaturas a alcaldías en el estado de Veracruz.

Pero ahora, el flamante candidato a alcalde de Emiliano Zapata, postulado por la alianza Morena-PVEM, realiza recorridos en su campaña y presume que es muy «honesto».

Y eso que no hemos publicado los documentos que demuestran sus millonarios contratos en los gobiernos de la 4T. Pronto daremos a conocer esas pruebas. Estén pendientes, amables lectores.