En los pasillos políticos nos dicen que ya conocían los “arranques” de la diputada Monserrat Ortega.
Nos comentan que es un comportamiento recurrente en ella, incluso -según nuestras fuentes- con frecuencia da órdenes a sus colaboradores en un volumen de voz que no es el apropiado o su lenguaje en ocasiones sus subalternos lo han interpretado con cierta dosis de presunta agresividad.
A lo que no dan crédito es a su decisión de aliarse a diputados del PRI, sobre todo en un momento tan importante electoralmente hablando, por lo que la militancia del PAN ya la considera fuera del partido que le obsequió una diputación plurinominal.
Si es que se logra conformar el grupo legislativo que pretenden, el primer desencuentro será quién coordinará a la bancada priista.