José Ortiz
El candidato de Morena a la alcaldía de Coatepec, Jorge Ignacio Luna Hernández, como muchos morenos, navegaba con bandera de “honesto”, hasta que cometió un error que lo “encuera” tal cual es.
Y es que aunque su pasado no lo perseguía, este joven e inexperto político atrajo su pasado a su presente en el que se vendía como “honesto”.
¿Pero qué necesidad? Diría el extinto Divo de Juárez.
Les cuento:
Resulta que a Nacho Luna se le ocurrió en estos días la idea de incorporar a su campaña al ex alcalde panista Enrique Fernández Peredo.
No es de sorprenderse porque siendo alcalde Enrique Fernández Peredo, alias “La grandota”, maiceó bastante bien al regidor Nacho Luna. Cuentan en Coatepec, que el entonces presidente municipal no sólo le pagó un jugoso y escandaloso sueldo y aguinaldos desproporcionados, sino que además le habría financiado su boda y luna de miel. Todo a cambio, por supuesto, de lealtad incondicional, lo cual refuerza la imagen de una profunda corrupción.
En la administración municipal de Enrique Fernández Peredo floreció el hampa. Eran comunes los “levantones”, extorsiones y cobros de derecho de piso. Durante ese gobierno, fue privado de su libertad el esposo de una regidora que cuestionaba de manera severa el uso de los recursos públicos. Luego, también estuvieron a punto de “levantar” a un miembro del Cabildo que de igual manera le resultaba incómodo al señor feudal del palacio coatepecano.
A su vez, Enrique Fernández Peredo tiene fuertes ligas con Everardo Soto Matla, ex alcalde de Ixhuacán de los Reyes y actual candidato a presidente de ese municipio por PVEM-Morena. A Everardo lo han ligado con grupos delictivos.
Enrique Fernández Peredo fue Contralor en la gestión municipal de Everardo Soto Matla.
Luego, Everardo fue el que propuso e impulsó a Enrique Fernández Peredo como alcalde por el PAN en Coatepec.
En reciprocidad, “La grandota” le dio obras a una empresa constructora vinculada a Everardo Soto. Incluso, el entonces candidato a diputado local por Morena, ventiló esas asignaciones de obras durante un debate público.
En fin, ésta sería una historia larga de contar, pero no los queremos aburrir, amables lectores.
Pero de mientras, ya les quedó claro, amables lectores, que no se dejen sorprender si en alguna ocasión Nacho Luna pretende llenarse la bocota con el rollo barato de que es “honesto”. Porque aquí ya lo exhibimos tan sólo con unos temas… más lo que falta. Ya les contaremos. Esto se pone bueno.
