EN CORTO / Tú no los conoces, pero van a juzgarte

José Ortiz / EN CORTO

El próximo 1 de junio, millones de mexicanas y mexicanos recibirán una boleta electoral con decenas de nombres. Cientos de ellos. Ahí estarán los futuros jueces, magistrados y ministras de este país. Pero lo que debería ser un acto de responsabilidad democrática se ha convertido en una tómbola. Una ruleta institucional que rifará el futuro del Poder Judicial Federal entre rostros desconocidos, trayectorias opacas y, en muchos casos, perfiles sin experiencia.

La reforma judicial promovida desde Palacio Nacional se vendió como una forma de devolverle al pueblo el control sobre la justicia. Pero lo que se ha diseñado es otra cosa: un experimento arriesgado, apresurado y profundamente desinformado. ¿Quiénes competirán por esos 881 cargos judiciales? Un total de 3,423 personas. Pero de ellas, el 44% nunca ha ocupado un cargo jurisdiccional. Y el 28% jamás ha trabajado en el Poder Judicial de la Federación. Es decir, casi la mitad de quienes podrían sentarse en una sala de audiencias federales nunca ha dictado una sentencia. Y lo harán, no porque hayan demostrado mérito, sino porque aparecerán en una boleta y quizás —solo quizás— alguien marque su nombre.

¿Y cómo se llegó ahí? Fácil. No hubo exámenes de oposición. No se aplicó el sistema de carrera judicial. No hubo revisión técnica ni escalafón. Solo papeles, firmas y registro. Eso bastó para que su nombre quedara impreso junto al de otros 80 aspirantes en cada categoría. El Instituto Nacional Electoral no organizó foros, no facilitó información útil, ni se preocupó por explicar a la ciudadanía quién es quién. Se limitaron a publicar listas. Hojas y hojas con nombres. Y con eso esperan que se elija al próximo aparato de justicia federal.

El resultado es predecible. Se votará a ciegas. Se elegirá con base en apellidos familiares, respaldos políticos, estructuras corporativas o puro azar. Porque ¿quién podrá distinguir entre 80 nombres sin rostro, sin trayectoria conocida y sin contexto? ¿Quién tiene tiempo de leer más de tres mil perfiles para decidir su voto?

Este proceso no democratiza la justicia. La vulnera. No acerca al pueblo al poder. Lo engaña con la ilusión de elegir mientras las decisiones se toman en lo oscuro, por quienes sí conocen a los que están detrás de esas boletas. Porque si usted no sabe por quién va a votar para juez de distrito, créame: hay alguien que sí lo sabe. Y probablemente ya le prometió algo a cambio.

El discurso oficial dirá que por fin los jueces rendirán cuentas al pueblo. Pero los hechos demuestran otra cosa. Se está desmontando una estructura que, con todos sus defectos, había logrado formar cuadros profesionales y especializados. Se está sustituyendo la carrera judicial por la carrera electoral. El debate jurídico por el acarreo. La toga por el operador político.

Y eso, en un país donde la justicia ya era frágil, puede terminar por quebrarla del todo.

Fuente de datos y análisis:
https://eljuegodelacorte.nexos.com.mx/eleccion-popular-de-jueces-federales-en-mexico-2025/