José Ortiz / EN CORTO
“Sabia virtud de conocer el tiempo; a tiempo amar y desatarse a tiempo”, dice el poema de Renato Leduc.
Pero pareciera que los muchos años no le han dado una pizca de sabiduría a Carlos Vasconcelos. Bueno, corregimos, sabiduría es mucho pedir. Cuando menos Carlitos debería tener sentido común, que tendría que ser el más común de los sentidos.
“Pero qué necesidad, para qué tanto problema, caray”, diría también el Divo de Juárez
Porque eso de volverse a lanzar como candidato a alcalde cuando no hay ni la más remota posibilidad de triunfo pues como ya hasta parece masoquismo. Es casi como hacerse el harakiri. ¿O no mi Charles?
O al menos que como en el PRI se pasan de institucionales, si les ordenan ir a la guerra y sin fusil, pues van gustosos y corriendo a auto inmolarse, casi similar a lo que le pasó a Pepe Yunes en la pasada elección a la gubernatura.
Pero como que es mucha lealtad al partido, ¿no creen? ¿O acaso son tantos los compromisos que los atan a un instituto político que se cae a pedazos? Aunque claro, hay excepciones: en Orizaba ganará sin problemas Hugo Chahín y en Cosoleacaque se alzará victorioso Cirilo Vázquez Parissi.
Pero en donde también hay problemas para el PRI es Altotonga, en donde MC se podría llevar la presidencia municipal.
Y en San Andrés Tlalnelhuayocan hay una lucha de cacicazgos: el que representa la candidata del PRI, Arianna de los Ángeles y el de la actual alcaldesa morenista que busca a toda costa que gane su cuñada, con todo y conque pretendieron simular un divorcio. En ese vecino municipio de la capital veracruzana la contienda está muy cerrada. A ver qué pasa.
En el resto del estado, no se avizoran otros triunfos contundentes del Revolucionario Institucional.
Pero regresando a Coatzacoalcos, es triste y penoso ver a un hombre que regresará derrotado a su casa en la noche del próximo domingo.
Fue más hábil su suplente, Juan Pablo Sosa González, quien antes de que se hundiera el barco cual raudo roedor, huyó del PRITánic.
Carlos ya debiera retirarse de la política, de la partidista y sindical, y dedicarse a cuidar a sus nietos. Y si se aburre, hasta podrían ponerle un mandil y optar por ayudar a sus hijos a hacer los pasteles chocolatosos, tan sabrosos que son. Pa´que vean, esos deliciosos manjares sí son exitosos. No todo es desgracia en la familia Vasconcelos.
La neta, que si Carlangas se retira, sería un hombre más feliz.
Sabia virtud de conocer el tiempo…
