Sr. Director de Versiones:
Crónica desde las entrañas de una SEV secuestrada
Desde dentro de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), los trabajadores hemos sido testigos de cómo en menos de seis meses, Claudia Tello Espinosa convirtió la dependencia en un país de las maravillas solo para ella y su séquito, mientras que para quienes trabajamos con honestidad, la SEV se ha transformado en un infierno de represión, simulación y corrupción sin pudor.
- Medallas manchadas y cinismo institucional
El desastre comenzó a hacerse público con el escándalo de las medallas al mérito magisterial, un homenaje que durante años ha sido símbolo de respeto al trabajo docente. Bajo esta administración, las preseas no se entregaron en tiempo ni forma, y en vez de ofrecer una disculpa, Tello Espinosa culpó al Secretario de Educación Pública, Mario Delgado, intentando desviar el foco de su propia incompetencia.
La ofensa fue doble: no solo se incumplió con un acto de justicia hacia maestras y maestros con décadas de servicio, sino que se usó el evento para hacer política y victimizarse.
- Nepotismo y asignaciones a modo: la SEV como empresa familiar
Quienes trabajamos en la SEV lo sabemos: aquí ya no importa saber, importa a quién conoces.
La secretaria ha nombrado en áreas clave a personal sin título universitario, sin experiencia y sin perfil técnico, pero con algo en común: la lealtad personal a Tello Espinosa. Desde asesorías improvisadas hasta direcciones generales, las plazas se entregan como favores, no por méritos.
El colmo es su hija, Claudia Moctezuma Tello, quien, pese a tener una plaza docente frente a grupo, está comisionada sin justificación en la propia SEV, mientras también cobra en el Congreso del Estado, como parte de un aparato de simulación institucional. Sí, la nieta de Tello es diputada, y entre ellas se reparten plazas, recursos y poder, mientras a miles de docentes se les pide «apretarse el cinturón».
- El clan del control: persecución, venganza y extorsión
A Claudia Tello la acompaña un grupo de operadores que han perfeccionado el arte de la intimidación institucional, encabezado por:
- Elías Calixto Armás, subsecretario de Educación Media Superior y Superior, responsable del control político de universidades, tecnológicos y telebachilleratos.
- Jorge Luis Fernández Bravo, su asesor financiero, ex secretario particular y receptor de favores económicos de empresarios del norte del estado.
- Adrián Eduardo Gómez Ortega, un personaje oscuro que opera en lo administrativo pero cuya influencia va más allá: se le acusa de orquestar acciones ilegales para controlar recursos, e incluso se menciona su participación en actos de presión y violencia institucional.
El nombre de Gómez Ortega ha sido vinculado al caso «Agrázalo», un evento grave ocurrido en el centro de Xalapa, relacionado con el presunto secuestro de un joven, donde se habla del uso de vehículos oficiales y recursos públicos. A pesar de lo delicado del asunto, su presencia en la SEV se ha fortalecido, y actúa con total impunidad, con el respaldo directo de Tello.
Este trío —blindado por la titular— ha tejido una red que no perdona a quien no se alinee.
Quien se atreve a cuestionar algo es despedido, removido o, peor aún, difamado públicamente.
Así ocurrió con el Director del Colegio Preparatorio de Xalapa, un profesional respetado que fue objeto de una denuncia fabricada por acoso sexual, impulsada por esta misma red, con la única intención de destruir su carrera y colocar a alguien leal al clan.
- El secuestro del dinero público
El dinero en la SEV se mueve sin transparencia. Claudia Tello centralizó el manejo financiero, canceló procesos administrativos ordinarios y reparte contratos millonarios sin pasar por la Ley de Adquisiciones del Estado.
Empresas nuevas, sin experiencia, ligadas a personas de su entorno, son beneficiadas sistemáticamente.
El oficial mayor José Ramón Cardona, por oponerse a firmar documentos sin sustento, ha sido marginado, hostigado y presionado. Hoy funge solo como figura decorativa, porque quien manda, ordena y firma en la SEV es el “triángulo de hierro” Tello-Calixto-Fernández.
- El Órgano Interno de Control, al servicio del caos
¿Y el órgano encargado de vigilar estos abusos?
Roque Borrego, titular del Órgano Interno de Control, ha traicionado su mandato. Se ha aliado con quienes debería investigar y recibe un “incentivo mensual” por su silencio. Hoy forma parte de la red de protección del clan de Tello, dejando en el abandono total a los principios de transparencia y legalidad.
Su papel se resume en uno: cómplice.
- Juegan con los mandatos de la gobernadora
La desconexión entre los discursos oficiales de la gobernadora Rocío Nahle y las acciones reales de Claudia Tello es abismal. Mientras la mandataria estatal promueve un calendario laboral con días de descanso para el personal, al interior de la SEV Arturo Orozco Álvarez, secretario particular de Tello, actúa como si fuera el dueño de la dependencia. Usurpa funciones, ignora directrices oficiales, y emite oficios como si él mismo fuera el titular de la SEV, con el respaldo —claro— de Fernández Bravo y del propio Calixto Armas.
Esto demuestra dos cosas: que a Tello le quedó grande la yegua, como se dice popularmente, y que todo aquello por lo que alguna vez luchó como luchadora social, hoy lo ha tirado al piso, seducida por un poder que nunca antes tuvo.
Mejor que regrese a su escaño, donde sus errores no destruyen estructuras educativas ni pisotean la dignidad del magisterio. Aquí, en la SEV, ya ha hecho demasiado daño.
Epílogo desde adentro: un grito por la educación
Desde esta trinchera de silencio obligado, nosotras y nosotros —trabajadores reales de la SEV— alzamos la voz.
No por política. No por protagonismo.
Lo hacemos porque estamos viendo cómo nuestra institución es secuestrada y convertida en un proyecto personal de ambición, soberbia y venganza.
Señora Gobernadora Rocío Nahle, escuche a quienes estamos dentro.
No nos falle.
Porque mientras usted calla, la educación pública en Veracruz se ahoga en corrupción, persecución y simulación.
Y los únicos que pierden son los niños, los jóvenes, los maestros honestos y el futuro del estado.
NOTA DE LA REDACCIÓN: Los trabajadores de la SEV que mandaron la anterior misiva solicitaron mantener bajo reserva sus datos personales por temor a represalias.