En su muy leída columna En la mira, el informado columnista Silverio Quevedo Elox, comenta:
El senador de Morena, Manuel Huerta Ladrón de Guevara ha cavado con sus manos su propia tumba.
La desesperación y las pifias que ha cometido el desprestigiado legislador, le han llevado a ponerse de a pechito y ganarse el repudio de la militancia y de los verdaderos fundadores del partido, partido con el que logró colarse como delegado de Bienestar presumiendo su amistad con Andrés Manuel López Obrador para posteriormente llegar al Senado.
Pero su voracidad y cinismo político lo tiene en capilla. Y hoy en el escritorio del Consejo de Honestidad y Justicia del CEN de Morena dirimen sobre la solicitud de expulsión de un grupo de militantes del norte del estado pero que, según esto, es el sentir de una buena parte de la militancia veracruzana.
Esta mañana el Consejo Político Estatal de Morena sesionará en el puerto de Veracruz y aunque muchos esperan que se haga un manifiesto para pedir la salida del senador, lo cierto es que puede darse el tema y quizá existan reclamos y exigencias al respecto, pero el que definirá la salida de éste es el CEN del partido.
En la pasada elección del 1 de junio, y durante el proceso interno en Morena quedó de manifiesto la traición del ex funcionario federal. Huerta no solo se le vio tendiéndole la mano y apapachando a los Yunes que llegaron a la bancada de Morena en el Senado, sino cuando se trató de la auscultación para candidatos exigió posiciones en diversos ayuntamientos, y al ser rechazados por los perfiles inadecuados de estos, ofreció todas sus canicas al PT.
¿Y cómo no? Si la traición es el sello de la casa. Tan es así que se ha confirmado que Huerta acudió con el dirigente nacional petista, Alberto Anaya a pedir espacios en el PT y ahora busca apoderarse de esas siglas en Veracruz.
Para quienes no lo tengan claro, hay que recordar que Huerta siempre ha sido del PT, pues cuando brincó a Morena nunca perdió el contacto con Beto Anaya, incluso sacrificaba espacios en Morena como dirigente estatal para favorecer al Partido del Trabajo. Hoy quiere cobrar favores.
Por si lo sacan de Morena tiene su estrategia, y uno de sus alfiles es el diputado federal, Adrián González Naveda de Coatepec a quien pretende hacerlo líder del PT y desplazar a los viejos militantes de ese partido.
Se frota las manos pues, en medio de la disputa por la dirigencia, donde se apuntan entre otros, Ramón Díaz y Elizabeth Morales.
Pero como buen judas, quiere dinamitar también Morena porque sabe que en el 2030 no será electo, ya que con él la 4T iría directo al despeñadero en el estado, por eso va a ser lo que solo saber hacer, estirar la liga para ver qué saca.
Con Huerta no hay calidad moral. Tan no la hay que este personaje tiene antecedentes oscuros en su persona.
Parece que se pasotea como si nada en el partido y entre la clase política porque se le ha olvidado que tiene aún abierto su expediente de acoso y violación.
Además de la denuncia de una ex servidora pública de Bienestar que es quien tiene interpuesta la denuncia y habría que preguntarle a la Fiscalía por qué no avanza el asunto, hay otros casos incluso graves, con videos que se hicieron virales, como cuando toqueteaba a una jovencita en conocido hotel de Orizaba.
Será que por ello, su afinidad ahora con Yunes papá, ya que uno pederasta y el otro acosador y violador, los ha hecho muy cercanos. Aquí cabe esa máxima de que Dios los hace y ellos se juntan.
