CARTA A LA REDACCIÓN: «Rosalba Hernández está reinterpretando a la Constitución para torcerla a su favor»

Al correo de Versiones enviaron la siguiente misiva que por considerarla de interés público, reproducimos a continuación:

Rosalba Hernández Hernández quiere ser presidenta del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Veracruz violentando a la misma Constitución del estado.

Pero además quiere ocupar el puesto para ser una cuña hacia la gobernadora Rocío Nahle, pues ella es parte del grupo político de Manuel Huerta, el senador por Morena que está abiertamente en contra de la mandataria estatal.

A Rosalba Hernández no le importa torcer lo plasmado en la Constitución de Veracruz para la elección del Poder Judicial en el estado, para logar lo que quiere. Y eso que ella compitió para ser magistrada en materia Constitucional del mismo TSJ.

En la Carta Magna de la entidad, el artículo transitorio número 8 de la reforma judicial establece que la presidencia del TSJ será “asignada a la persona que obtenga el mayor número de votos en el Proceso Electoral Extraordinario 2024-2025″.

Los legisladores cuando redactaron este artículo lo hicieron pensando en que la presidencia del máximo órgano de justicia de Veracruz quede en manos de la persona más votada, incluso si la misma competía para juez.

«Para esta ocasión, el periodo de la presidencia del Tribunal Superior de Justicia será de dos años, asignada a la persona que obtenga el mayor número de votos en el Proceso Electoral Extraordinario 2024-2025″, anota dicho transitorio.

No hay limitantes ni condicionamientos. Llana y lisamente dice que la presidencia del TSJ será para “la persona que obtenga el mayor número de votos en el Proceso Electoral Extraordinario 2024-2025».

Pero además los mismos artículos transitorios apuntan que no se puede cambiar el sentido de lo que se plasmó en la Constitución, que no puede haber “interpretaciones análogas o extensivas que pretendan inaplicar, suspender, modificar o hacer nugatorios sus términos o su vigencia”:
“Para la interpretación y aplicación de este Decreto, los órganos del Estado y toda autoridad deberán apegarse estrictamente a su literalidad. No habrá lugar a interpretaciones análogas o extensivas que pretendan inaplicar, suspender, modificar o hacer nugatorios sus términos o su vigencia, ya sea de manera total o parcial”.

Y Rosalba Hernández está reinterpretando a la Constitución para torcerla a la su favor.

Para fortalecer su postura dejó circular la versión de que hay una “laguna jurídica” para la designación de la presidencia del TSJ, cuando esto es falso, pues no hay tal laguna, porque el artículo transitorio es bien claro y no admite interpretaciones.
Esta actitud además muestra como será su actuar si logra sus pretensiones de llegar a la presidencia del TSJ: inventará atajos y vericuetos para favorecer a quien ella quiera en la legalidad constitucional del estado, “interpretará” a conveniencia artículos y leyes y tendrá otras actitudes más de este tipo.

Rosalba Hernández siempre ha tenido un actuar que no corresponde con sus dichos.

Por ejemplo, ahora que se difundió que el próximo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Hugo Aguilar Ortiz, es de origen indígena, Rosalba Hernández se envolvió en la misma bandera para simular que tiene cercanía con éste, sin que exista en realidad.

Es originaria de la región de Chicontepec, en efecto, pero nunca se le ha conocido que haya hecho algo en favor de los pueblos originarios de Veracruz, ni siquiera que haya llevado un caso de defensa de alguna causa o persona indígena o por lo menos que haya apoyado.

En cambio sí ha sido buena para acomodarse políticamente, sobre todo en la cercanía de Manuel Huerta Ladrón de Guevara, a quien llaman «Lord Fentanilo» por la (presunta) adicción a las drogas duras que le atribuyen.

Manuel Huerta logró colocar a Rosalba Hernández durante el gobierno de Javier Duarte en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, en donde la fueron ascendiendo con mucha rapidez, pues entró como Jefa de la Unidad Jurídica en 2012 y al siguiente año la hicieron secretaria técnica del Consejo Consultivo, pero por poco tiempo, pues ese mismo año la nombraron secretaria ejecutiva de la CEDH, posición en la que estuvo hasta 2016.

En ese 2016, antes de las elecciones gubernamentales de ese año, Manuel Huerta, que para entonces ya era el presidente de Morena en el estado, la colocó como secretaria de Estudio y Cuenta, en el Tribunal Electoral de Veracruz (TEV), mediante un supuesto concurso de oposición, que sólo fue pantalla, y en completo acuerdo con el gobierno del PRI que quedaba.

Desde ese cargo ayudó en la primera elección de Cuitláhuac García, cuando perdió frente a Miguel Ángel Yunes Linares, pero se mantuvo en el TEV para seguir cubriendo los intereses de Morena, pero sobre todo de Manuel Huerta.

En 2018, desde esta posición, aunque de manera informal, ayudó a la defensa de los intereses de Morena, aunque especialmente al gobernador electo, Cuitláhuac García, con quien entonces la alianza con Manuel Huerta todavía era plena.

Rosalba Hernández no tardó mucho en recibir la recompensa por su activismo oculto a favor de Morena y de los intereses de Manuel Huerta, pues el 11 de octubre de 2019 el Congreso del estado la nombró magistrada del TSJ en un paquete de 13 personas todas allegadas a Morena, propuestas todas por el entonces gobernador Cuitláhuac García, siendo ella cuota de pago para Manuel Huerta.

Ahora casi 6 años después, quiere quedarse con la presidencia del TSJ a como dé lugar.

En el camino ya traicionó a la presidenta del TSJ saliente, Lizbeth Aurelia Jiménez Aguirre, con quien se había comprometido a apoyarla para que siguiera como presidenta del TSJ. Pero no lo hizo. Y tan le dio la espalda que durante la entrega de constancias de triunfo para las magistraturas, en el OPLE Veracruz, Rosalba Hernández hizo como que no la vio y pasó a su lado ignorándola.

Aunque antes ya había muestras de su carácter conflictivo, cuando proclamó que desconocería los resultados cuando falló por completo el sistema del OPLE en el conteo de la elección del Poder Judicial.

Su carácter conflictivo se reveló cuando el 10 de junio hizo un mini plantón en el OPLE con familiares y amigos, después de que el sistema de conteo llevaba 36 horas sin funcionar.

Su presencia era “para averiguar sobre la caída de la plataforma” de conteo de votos.

Nada sorprendente.

Así es ella.