Durmiendo con el enemigo

En la conformación del gabinete, Rocío Nahle le dio ciertas concesiones sólo a unos cuantos secretarios de designar a su propio equipo.

Por citar algunos ejemplos -salvo la subsecretaría de Gobierno que se la dieron al tuxpeño José Manuel Pozos Castro, quien acuerda directamente con la Gobernadora- Ricardo Ahued nombró casi a todos sus colaboradores en la Segob.

Otro caso similar fue el del secretario de Salud, aunque a los pocos días de haber nombrado al director administrativo, Nahle detectó que ese funcionario ya había pactado proteger al impresentable Eduardo Sisniega quien enfrenta denuncias por presunto peculado. Así que el prestigiado cardiólogo tuvo que ceder a que la mandataria estatal nombrara a otro responsable de la administración en esa importante secretaría.

Pero parece que el secretario de Salud no aprendió bien la lección porque en lugar de analizar qué otros colaboradores desleales pudieran estar fallando y traicionando a la 4T y a la Gobernadora, siguió nadando de a muertito y solapando a personajes que como “caballitos de Troya” fueron infiltrados por la oposición. O le falló la corazonada al titular de SESVER o simplemente le conviene tener en la nómina a subalternos que le pasan «mochada».

Ejemplos sobran que la Gobernadora debería investigar en la Secretaría de Salud y otras dependencias, pero como botón de muestra tenemos el caso de Sergio Mondragón Mora, director jurídico de la Secretaría de Salud, y ex director jurídico del partido Todos por Veracruz, y quien de acuerdo con nuestras enteradas fuentes es el que le pasa la información de Salud a prominente diputado local priista para que golpee a la Gobernadora.

Mal, muy mal.

Ahora resulta que el gobierno de Nahle está durmiendo con el enemigo.