Tres libros del nuevo régimen para el fin de 2025

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Tres libros del nuevo régimen para el fin de 2025

Historias de la República a la dictadura de los otros datos:

El que prefiere ver el pasado, quien aún no puede ver el presente y el que imaginó el futuro.

Por: Ramón Alberto Reyes Viveros

Si usted no va a leer ni una sola página de Grandeza, Diario de una transición histórica o Camino a la nueva República, pero sí piensa opinar en la sobremesa, esta columna es para eso: un resumen para los que no les gusta, no se dan el tiempo o no tienen el hábito de leer… pero sí criticar, opinar o pretender imponer su visión política.

Son tres libros escritos desde el poder o muy cerca de él.

Tres relatos para explicar qué fue, qué es y qué podría ser México.

Y, sobre todo, tres maneras de usar la historia: como espejo, como maquillaje o como filtro de Instagram.

I. El que prefiere ver el pasado: Grandeza de López Obrador

Andrés Manuel López Obrador se retiró a Palenque y, en lugar de escribir sus memorias, decidió escribir la Biblia oficial de la 4T: Grandeza. Más de 600 páginas para decir, en resumen, que todo lo bueno viene del México prehispánico y todo lo malo lo trajo la Conquista.

En el mundo de Grandeza:

​•​los pueblos originarios eran casi moralmente perfectos;

​•​no había codicia, ni corrupción, ni sacrificios humanos;

​•​los verdaderos bárbaros eran los españoles y, por extensión, todo lo que huela a “Occidente”;

​•​y la Cuarta Transformación es el desenlace luminoso de mil años de resistencia.

Es un libro cómodo: en lugar de preguntarse qué salió mal entre 2018 y 2024, se va directo a Moctezuma.

No hay autocrítica sobre militarización, violencia, desapariciones o desdén por los contrapesos.

Hay, eso sí, largas páginas para negar lo que la arqueología lleva décadas documentando y para explicar que la “grandeza” actual del pueblo se debe a una pureza moral casi genética.

El ex Presidente acusa a la historiografía colonial de inventar mitos para justificar la Conquista… mientras él construye su propio mito para justificar su sexenio. Cambia a Cortés por sí mismo como narrador oficial de la historia.

El resultado es claro: un pasado mítico que sirve de coartada perfecta.

Si el pueblo es bueno por naturaleza y las élites siempre fueron malas, entonces cualquier crítica al gobierno actual solo puede venir de “élites corruptas”.

La historia como escudo, no como examen.

II. La que no puede ver el presente: Diario de una transición histórica de Claudia Sheinbaum

Claudia Sheinbaum, ya como Presidenta, publicó su Diario de una transición histórica. El título promete confidencias; el contenido ofrece un álbum de fotos sentimentales de la gira con López Obrador.

Su pasado arranca en 2018 y termina en 2024.

Antes de AMLO, la noche neoliberal; después de AMLO, la luz.

Entre medias, ella: alumna aplicada del maestro.

El libro repite una idea central:

“Él es el origen. Nosotros, la continuidad.”

Y eso lo explica todo: Sheinbaum se define más como heredera que como corregidora. No hay un solo capítulo donde diga: “Aquí nos equivocamos y aquí pienso hacer algo distinto”. No hay Metro, no hay feministas encapsuladas, no hay dudas sobre la estrategia de seguridad, no hay tensión interna en Morena.

Todo es armonía.

Todo es reconocimiento al líder.

Todo es transición histórica sin sobresaltos.

Paradójicamente, el “diario” casi no habla de lo que la gente vive hoy:

inflación, miedo, asesinatos, desconfianza.

Habla de la emoción de la victoria, de la gira, de las horas de conversación con el Presidente saliente, de la foto en Palacio donde él le entrega simbólicamente el bastón… y poco más.

Si Grandeza es el libro del pasado ideal, el Diario es el libro del presente negado: un presente maquillado como epílogo feliz, donde la única tarea es seguir por el mismo camino, como si la realidad no estuviera tocando la puerta a golpes.

III. El que imaginó el futuro: Camino a la nueva República de Muñoz Ledo, Cárdenas y compañía

Luego está Camino a la nueva República, coordinado por Porfirio Muñoz Ledo y Tatiana Alcázar, con textos de Cuauhtémoc Cárdenas y otras voces que llevan décadas peleando por la democracia.

Este no es un libro de culto a la personalidad.

Es un libro incómodo porque recuerda que la historia democrática de México no empezó en 2018.

Habla de:

​•​el fraude del 88,

​•​las reformas de los 90,

​•​la alternancia del 2000,

​•​la construcción del sistema electoral,

​•​y, sí, también de la llegada de la izquierda al poder en 2018.

Pero en lugar de cantar victoria, hace preguntas:

​•​¿Por qué no tenemos todavía una reforma fiscal seria?

​•​¿Por qué siguen deteriorándose la educación y la salud públicas?

​•​¿Por qué no hay diálogo con las voces disidentes?

Cárdenas, el mismo que llenó el Zócalo cuando Morena no existía, dijo algo brutal en la presentación: le preocupa que el gobierno de Sheinbaum no discuta los problemas con quienes piensan distinto.

Es el libro del futuro por hacer, no del futuro garantizado.

No da por sentada la “nueva República”: la pone como meta condicionada a que el poder corrija, escuche y se reforme a sí mismo.

Y ahí está la ironía:

los dos primeros libros —el del pasado glorioso y el del presente perfecto— vienen de quienes se beneficiaron de la lucha que narran el tercero y sus autores.

Sin Muñoz Ledo y sin Cárdenas no habría credencial de elector, ni instituto ciudadano, ni condiciones para que una izquierda llegara legalmente a la presidencia.

Hoy, sus banderas sirven de tapete: se invoca su memoria, pero se ignoran sus advertencias.

IV. Tres relatos del poder, un país en disputa

Si ponemos los tres libros en la mesa, quedan claros los papeles:

​•​El que prefiere ver el pasado: López Obrador mira mil años atrás para no hablar de seis años recientes.

​•​La que no puede ver el presente: Sheinbaum cuenta la transición como si ya hubiéramos llegado y no quedara nada por discutir.

​•​El que imaginó el futuro: Muñoz Ledo —y con él Cárdenas— nos recuerdan que la democracia es una obra negra, no una casa terminada.

Los dos primeros construyen una narrativa epopéyica y autojustificativa:

hay un pasado heroico, un pueblo virtuoso, un líder casi infalible y una transformación que solo necesita continuidad.

Las disonancias se minimizan, las cifras incómodas se tapan con “otros datos” y cualquier crítica se clasifica como conservadora.

El tercero es analítico y condicional:

reconoce avances, pero también desviaciones; celebra las conquistas democráticas, pero advierte retrocesos autoritarios; no concede a nadie el derecho a declararse dueño definitivo de la historia.

Para un régimen que se alimenta de relatos, esta pelea importa.

No es un pleito entre editoriales: es una batalla por el sentido común de la ciudadanía.

​•​Si usted se queda solo con Grandeza, creerá que cualquier cuestionamiento al gobierno actual es una traición a los pueblos originarios.

​•​Si solo lee Diario de una transición histórica, pensará que el mayor problema del país es que la oposición no aplaude lo suficiente.

​•​Si se asoma a Camino a la nueva República, entenderá que la transición democrática fue trabajo colectivo y que la 4T es apenas un capítulo —importante, sí— pero ni el primero ni el último.

Al final, la pregunta no es qué libro vende más, sino qué historia nos contamos para justificar el poder.

Porque la verdadera grandeza de México no está en glorificarse sin mácula, sino en mirarse al espejo con honestidad.

Porque ninguna transición puede darse por concluida mientras haya voces legítimas excluidas del diálogo.

Porque el camino a una nueva República no pasa por memorias complacientes, sino por reconocer que el poder, incluso el que se dice popular, necesita correcciones, límites y memoria.

Los tres libros cierran el 2025 como catálogo de opciones:

​•​El pasado mitificado.

​•​El presente maquillado.

​•​El futuro exigente.

Que cada quien escoja su lectura.

Y que quienes opinan sin leer reconozcan, al menos, qué narrativa legitiman cuando aplauden o cuando callan:

la de la nueva élite gobernante que aspira a perpetuarse mediante la fe ciega en sus propios mitos,

o la de los auténticos demócratas de izquierda mexicana que lucharon por un país plural, libre y honesto, muy distinto al que hoy pretende imponerse.

PD: Los libros de Sheinbaum y López los regalan en PDF.

El libro de Muñoz Ledo, Alcázar y compañía cuesta $349 pesos.

Y sí: es el único que vale la pena leer.