“La confianza es madre del descuido.” – Baltasar Gracián.
Dice la Real Academia de la Lengua Española que la palabra desgracia tiene como significado también mala suerte, y eso realmente es lo que enfrenta el gobierno de Veracruz, que encabeza Javier Duarte, más por la falta total de conocimiento y tacto para gobernar, que por contar con verdaderos ignorantes en los cargos públicos que han provocado una crisis generalizada de desconfianza institucional.
De esta manera, Veracruz literalmente camina por sí solo, bajo una especie de piloto automático que lo guía, ante la pésima conducción que ha sumido a la entidad en el peor de los escenarios financieros, nulo crecimiento económico, altísimo endeudamiento público y un diferendo con todos los sectores de la población.
Los reclamos álgidos asumidos contra la Universidad Veracruzana (UV) se suman al desprecio mostrado a los pensionados y jubilados, a los cuales da lo mismo no pagarles, sabedores que se les manifestarán y una vez colocados ahí, tener el elemento perfecto, para de nueva cuenta llenarlos de garrotazos y macanazos, porque así aprenderán a no reclamarle al estado, afirman quienes detentan el poder.
Pero otro gremio sumido en la indiferencia ha sido el de la Comunicación y sus profesionales, a los que el rosario de sangre los ha alcanzado desde que esta pesadilla llamada Duartismo llego al gobierno estatal.
Entre 2011 y 2015 han sido asesinados 15 periodistas, convirtiendo a esta bendita profesión en una de altísimo riesgo para su desarrollo.
A la lista de asesinados y desaparecidos se suma ahora el caso de la joven reportera de Orizaba, Anabel Flores Salazar quien fuera sustraída de su domicilio con lujo de violencia, de acuerdo con los primeros reportes, alrededor de las 2:00 horas de este lunes, un grupo de hombres armados, aparentemente con uniformes militares, llegaron al domicilio de la periodista, en Puerta Grande, y la privaron de la libertad.
La periodista trabajó en el Mundo de Orizaba, El Buen Tono y actualmente trabajaba en El Sol de Córdoba en la sección policiaca.
Como era de esperarse los protocolos de seguridad se han vuelto activar, aun cuando el elefante blanco que representa la Comisión Estatal de Protección y Atención a Periodistas pretenda hacer como que hace, aun cuando todos sabemos que no hace nada.
Seguramente durante la visita del presidente Enrique Peña Nieto a tierras veracruzanas, habrá algunos llamados de atención, pues ya es demasiada la presión que hasta el centro del país llega, por los continuos hierros cometidos por la administración duartista.
A la lista sin fondo de problemas se sumará en próximos días, las demandas penales en contra de la administración estatal por parte de empresarios constructores, cansados de tanta burla y cinismo en la falta de pagos.
Al tiempo.
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