A diez años de Pasta de Conchos

Como suele suceder en nuestro país, a diez años de que una explosión en la mina 8 de Pasta de Conchos, en Saltillo, dejara un saldo de 65 trabajadores muertos, no hay culpables, no hay detenidos, no hay responsables. Por ello, el obispo de la diócesis de Saltillo, Raúl Vera López, dijo que lo ocurrido el 19 de febrero de 2006 es una infamia que permanecerá en la memoria.
Raúl Vera, uno de los principales activistas de la organización Familia Pasta de Conchos, la cual una década después exige que sean rescatados los 63 cuerpos que permanecen en la mina, incluso señala que si algunos mineros estaban vivos después de la explosión, entonces se puede hablar de que se cometió un crimen de lesa humanidad.
“No quieren el rescate porque van a hablar los restos. No han dejado entrar porque se va a descubrir que dejaron vivas a varias personas, los andenes se cayeron como se caen las fichas de dominó.
“El crimen lo cometieron los administradores de esa mina y el señor Germán Larrea, con su consejo. El día que se logre el rescate se sabe que van a ir a la cárcel empresarios, ingenieros, quien era secretario del Trabajo y todos los cómplices que facilitaron que se mantuviera en la impunidad este caso”, afirmó Raúl Vera, quien dijo que Pasta de Conchos es un caso emblemático, como el de los 43 normalistas desaparecidos en 2014 en Ayotzinapa.
Añadió que no únicamente son los diez años de infamia, de injuria a las familias de los mineros fallecidos, sino que los niños han crecido sin haber visto a sus padres.