Dos obreros de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS, en Xalapa) murieron el pasado 3 de marzo en la calle Bugambilias, esquina Pinos, de la colonia Arboleda del Tronconal mientras realizaban su trabajo.
Una tragedia que, según versiones al interior de la dependencia, pudo haberse evitado, pero se costó dos vidas por probable negligencia. Hasta ahorita, ningún castigo, ningún culpable, ninguna investigación formal para deslindar responsabilidades.
Por temor a represalias, la fuente no da sus datos personales, pero narra lo que se trató de ocultar burdamente tras lonas de plástico “para que la prensa no lo viera”.
Ese fatídico 3 de marzo llegaron cerca de la una de la tarde Rafael Melchor Hernández y Noé Del Moral Lozano, comisionados a desazolvar el drenaje de dichas calles. Es, quizás, el peor trabajo municipal, porque literalmente tienen que destrabar las tuberías por donde corre el agua negra: quitar desechos, tierra, lodo y excrementos, con las manos.
El problema es que no hubo garantías de seguridad para los obreros. De hecho, se sabe que existen camiones con máquinas desazolvadoras con tanque sépticos y que funcionan a presión y con vacío; dicho aparato funciona como una aspiradora gigante, cuya manguera va hacia el drenaje y sirve para retirar esos desechos tapados.
Pero no: ese día a Rafael y Noé los mandaron a destapar de manera “manual” todo el mierderío. Sus herramientas fueron una cubeta de 20 litros y una reata. Su uniforme eran las ropas industriales de algodón que algunos conocemos como “chompas” o “camisolas”.
Nada para su seguridad. Es decir, ni una mascarilla con filtros, ni un tanque de oxígeno, ni personal de apoyo cercano para una desgracia. A los obreros literalmente los mandaron a morir asfixiados entre los gases que se concentran en un espacio cerrado a 7 metros bajo tierra.
La fuente cuenta que ese día el primer obrero (no ubican quién bajó primero) bajó por la alcantarilla, pero comenzó a sentirse mal por la gran cantidad de gases acumulados en el área. Logró salir y sentarse un rato en la banqueta para tomar aliento y recuperarse.
Minutos más tarde volvió a intentarlo, pero perdió el conocimiento y su compañero se dio cuenta del peligro, por lo que intentó rescatarlo y bajó los 7 metros para tratar de sacarlo, pero tampoco resistió. Los gases también lo intoxicaron y le provocaron la muerte.
Los vecinos del área llamaron de inmediato a los cuerpos de rescate, pero ya era muy tarde. Los dos ya habían fallecido.
Quienes llegaron también fueron personal de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento. Otros sujetos (quienes nunca se identificaron, pero los vieron muy cerca al personal de CMAS; en pocas palabras, funcionarios municipales) comenzaron a amenazar a los vecinos del área diciendo que no tomaran fotos ni que permitieran el acceso a periodistas a sus casas “o les iba a ir muy mal”.
Lo anterior lo confirman los fotógrafos presentes en el lugar, a quienes les impidieron el paso para registrar los hechos, pero también relatan que al momento de sacar los cuerpos, los cubrieron para que no se dieran cuenta de las condiciones paupérrimas en que CMAS manda a sus obreros a trabajar.
Lamentable también el actuar de elementos de la Fuerza Civil, dependiente de la Secretaría de Seguridad Pública, quienes actuaron como cómplices al encubrir la manera en que los obreros fueron sacados de la olla: sin equipo de protección, ni mascarilla antigases.
En escueto comunicado oficial, CMAS-Xalapa “lamentó el trágico fallecimiento de los trabajadores Noé del Moral Lozano y Rafael Melchor Hernández” y precisó que “realizaban labores de verificación en infraestructura hidráulica pluvial y no limpieza en una red de drenaje sanitario”.
La situación, hasta ahorita, permanece impune: ningún castigo, ningún culpable, ninguna investigación formal. Ni siquiera una declaración oficial del tema, sólo el típico “se dará apoyo a la familia de los trabajadores”.
EPÍLOGO
Trasciende que CMAS también es la caja chica de un aspirante a la diputación por el distrito de Xalapa. Mientras chaquetean con aspiraciones, ya hay dos muertitos por falta de equipo. Ahí la llevan.
@pablojair
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