Interesante el comentario de Salvador García Soto en su columna “Serpientes y escaleras” que publica en El Universal. El autor dice: “En las próximas elecciones locales del 5 de junio varios gobernadores serán un problema para sus partidos. Son mandatarios que, por sus altos negativos y sus actuaciones polémicas, lejos de sumar, restan votos a los candidatos de sus fuerzas políticas al convertirse en blancos de los ataques y campañas de la oposición. El caso más evidente en estos momentos ocurre en los comicios veracruzanos. En sondeos recientes de la alianza PRI-PVEM-Panal en el estado, tienen medido que la aparición del gobernador Javier Duarte en el acto de toma de protesta de su candidato Héctor Yunes Landa, el pasado 13 de marzo, le costó al priísta cinco puntos en las encuestas. “La sola fotografía de Yunes Landa con Duarte se reflejó a la baja en las encuestas e hizo que el candidato priísta arranque con desventaja de dos o tres puntos frente al panista Miguel Angel Yunes”, comentó a esta columna una fuente de la alianza priísta. La misma fuente señaló que dentro de la alianza no todos estuvieron de acuerdo en que Duarte fuera invitado a la toma de protesta, pero desde el PRI justificaron que no podían dejar de invitarlo siendo el gobernador, por lo que asistió aun contra el deseo del candidato, que se vio obligado a darle la mano en una imagen que le costó, de inicio, cinco puntos en las encuestas…”