A nadie sorprendió realmente el nombramiento de Luis Videgaray como secretario de Relaciones Exteriores del Gobierno Federal.
Y no sólo porque es “amigazo del alma” del presidente Enrique Peña Nieto –y según algunos, aún su “delfín”-. Videgaray fue el operador de la visita de Donald Trump a México durante su campaña electoral, por lo que contaría con un alto nivel de interlocución con el próximo presidente de los Estados Unidos, la cual será muy necesaria para atemperar los embates antimexicanos del magnate.
Por eso no fue colocado ahí un diplomático. Ya hasta andan por ahí diciendo que Trump ya hizo su primer nombramiento en México. Y fue de canciller.