Con una expresión agraviante, llena de misoginia, de rencor y de complejos, un supuesto productor de radio y televisión, que alguna vez prestó servicios al grupo televisa, de donde salió defenestrado por sus actitudes cobardes, indiscretas y de la más baja ralea, que ha utilizado para denostar entre otras mujeres, a la primera dama Angélica Rivera de Peña Nieto; de quien presume haber tenido amistad y haberla representado artísticamente, hasta introducirla con los Emilios Azcárraga Milmo y Azcárraga Jean. No queda ahí la presunción (sin prueba alguna) de su cercanía con la gaviota, sino que además se ufana de haberla presentado con su actual esposo, el presidente de la república Enrique Peña Nieto.
Quienes conocen a Mario Lafontaine, lo identifican por haber sido auxiliar del productor Luis de Llano, creador de programas y grupos juveniles de artistas como Timbiriche, Garibaldi, Microchips y Kaba, así como de Vaselina y Alcanzar una Estrella; que dieron renombre y espacio en muchos hogares de México y Latinoamérica al Canal de las Estrellas, hoy en graves problemas económicos y a punto de la quiebra, porque su Presidente y Director General Emilio Azcárraga Jean (tercera generación de los Azcárraga) no ha podido controlar la embarcación cuyo timón le heredó el tigre Azcárraga, aunque sin dirección para arribar a buen puerto.
Hace aproximadamente dos meses Televisa confirmó la cancelación de sus más importantes programas de noticias, entretenimiento y diversión; boletinó el despido y liquidación de casi cuatro mil artistas exclusivos, cuya nómina resultaba imposible de pagar y eso explica la desastrosa programación en cobertura nacional, durante la Navidad y Año Nuevo y al día siguiente de dichas festividades, donde parecía imposible estar viendo y escuchando a puros “cartuchos quemados” de la vida artística; puesto que aquellos que son reconocidos por el pueblo, prefirieron reservar su talento para otras oportunidades.
Televisión e información son poder; aunque dinero y gobierno, representan mayor poder; por eso los ricos de México detentan el poder, a tal grado, que se afirma “”que cuando un rico empobrece, sigue siendo más rico, que cuando un pobre enriquece””. Es el caso de los Azcárraga Milmo, Vidaurrueta y Jean; solo falta saber lo que sigue en esta trama publicitaria por la que se conoce la insuficiencia de dinero en las arcas del canal de las estrellas.
Dista mucho la imagen que proyectan, en un estudio de personalidades, por solo citar a las tres generaciones de los Azcárraga, que han estado al frente, primero de Telesistema mexicano (Azcárraga-Vidaurrueta); de Televisa (Azcárraga-Milmo y Azcárraga-Jean), puesto que el tigre Azcárraga, tenía una personalidad avasalladora, imperativa, dominante, con grandes dotes de convencimiento para hacer negocios con los empresarios nacionales y extranjeros, a quienes puso a su disposición la televisora y la radio de su propiedad, a cambio de jugosos contratos, mediante la aplicación del famoso “plan francés”, consistente en respetar una tarifa, siempre que se cubriera en forma anticipada. Desde luego que ninguno de los ricos de México le regateaba o se le negaba al pago de los honorarios del Grupo Televisa.
Las negociaciones sobre la “publicidad oficial”; conocida popularmente como la publicidad del gobierno, era exclusiva del tigre Azcárraga y de algunos de sus socios, durante un tiempo con la participación del licenciado Miguel Alemán Velasco, del señor Murillo, de don Romulo O’ Farrill y de Jacobo Zabludovsky, creador de los mejores noticieros y reportajes que han existido en México y hacedor de discípulos tan importantes como Joaquín López Dóriga, Guillermo Ochoa y Lolita Ayala.
Para la campaña del candidato del PRI Enrique Peña Nieto al Edomex, se incluyó en el paquete, una operación de marketing con reality show de los flirteos del candidato con Angélica Rivera (año 2005-2006), se presupuestó por el Grupo Azcárraga un pago cercano a los cuatrocientos millones de pesos que incluía doscientos spots, entrevistas y reportajes que harían más atractivo al hoy presidente de México, al grado de hacerle popular el mote o sobre nombre del “viudo de oro” y su novia y prometida, hacerla más popular después de su divorcio del güero Castro (hermano de Verónica Castro), con el mote de “Gaviota”, inteligente y bella, artista estelar de Televisa, con gran personalidad por sus protagonismos, sobre todo con el papel de la novela Gaviota, que le dio tanta popularidad como para acarrear en favor de su prometido votos suficientes para ganar el gobierno del Estado de México y después la presidencia de la república.
Con todo lo anterior y la auto promoción del tigre Azcárraga, quien nunca perdió oportunidad de favorecer al PRI con su emporio televisivo, nos enteramos que el SAT condonó tres mil millones de pesos que debía Televisa antes del primero de enero del 2007, por el programa establecido por Hacienda Federal y denominado “Ponte al Corriente” que permitía la condonación total de la deuda según el artículo tercero transitorio de la Ley de Ingresos de la Federación para el año 2013. Las tres generaciones de Azcárraga, han disfrutado de los favores del gobierno, hasta la actualidad en que la “quiebra del gobierno federal”, se ve reflejada en la “quiebra de Televisa”, por lo que volvemos al tema del despido de aproximadamente cuatro mil artistas exclusivos del Canal de las Estrellas y su bajo rating de aceptación de su programación de fin de año y principio de 2017, año que llega tan golpeado como si estuviéramos en el mes número 12 del que acaba de comenzar por las manifestaciones y protestas populares en contra de la liberación de los precios de la gasolina y de la luz.
La explicación del doctor José Antonio Meade Kuribreña, refrendada ayer por el presidente Enrique Peña Nieto, para justificar la necesidad de la “medida”, de la que se hace responsable el titular del ejecutivo, en nada beneficia al pueblo. La revocación o retractación que hoy propone el jefe de gobierno para parar las manifestaciones y el rechazo del pueblo, resulta imposible, inoportuna y desastrosa, porque pretende poner al presidente de la república de rodillas, al reconocer la improcedencia de la desafortunada “pero necesaria medida” .
Pero lo que no se vale y el pueblo no acepta, es la burla que con los argumentos tan incoherentes, increíbles e inconsistentes, de quienes llevan la responsabilidad de la conducción política de México, con justificaciones tontas, que nadie les cree, pretendan soslayar su ineficacia al frente del gobierno.