La Iglesia Católica lamenta las expresiones de violencia, vandalismo y saqueo, que se dieron con ocasión del gasolinazo que empezó a partir de los primeros instantes de este año 2017.
A través de su comunicado, opina que estos acontecimientos son una expresión de la descomposición social, del malestar, enojo y deudas sociales pendientes, de las injusticias estructurales, de la desintegración familiar, y el descuido de la formación humana y cívica de las personas.
La Arquidiócesis de Xalapa considera que el gasolinazo es la gota que derramó el vaso, aunque detrás de ello hay asuntos serios de corrupción, incompetencia y falta de sensibilidad hacia las necesidades de la sociedad.
“Es lícito y es un derecho manifestarse y expresar nuestra inconformidad, de forma pacífica, creativa y dentro del marco de la ley, en contra de esta decisión injusta e indebida de subir el precio de la gasolina. Los obispos de México, en su comunicado del 5 de enero de este año, hicieron un exhorto a reconsiderar la medida”.
“Nunca la violencia, el vandalismo, el saqueo o la afectación a las vías de comunicación serán el camino… Evitemos la confrontación estéril y la anarquía, pues estas conductas no resuelven los grandes problemas del país, sino que dividen aún más a la Nación”, señalaron los prelados. Este tipo de manifestaciones nos afecta a todos y nos roban la tranquilidad y la armonía.
La Iglesia también refiere que junto con estas expresiones violentas en las plazas comerciales, se ha dado también otro fenómeno, se trata de la difusión indiscriminada de rumores que han generado pánico y conductas de miedo.
“Hacemos un llamado al discernimiento de lo que leemos o escuchamos en las redes sociales de internet. No se puede dar crédito a todo lo que se lee o escucha ahí y mucho menos difundirlo”.
Finalmente el comunicado expresa que debemos ser constructores de paz, pues las expresiones violentas sólo generan violencia.