DONALD TRUMP, RUDEZA INNECESARIA CONTRA MÉXICO

Nuevamente el presidente electo de los Estados Unidos, vierte amenazas contra México y reitera que en cuanto tome posesión de la presidencia norteamericana, iniciará la construcción del muro que dividirá nuestras fronteras y que cerrará toda posibilidad para que los migrantes puedan llegar a cumplir el sueño americano. En conferencia de prensa y acompañado del vicepresidente designado Mike Pence, a preguntas de la prensa, respondió que habrá “múltiples formas” de recuperar la inversión en el muro fronterizo, sea mediante pagos o a través de impuestos, sin que haya una precisión de la forma, el monto y el plazo en que Donald Trump piensa recuperar esa inversión, aunque no ocultó que hasta podría llegar al decomiso de las remesas de dinero que envían los migrantes a sus familias o aplicando aranceles comerciales o cobros adicionales por la expedición de visas, pero la necedad de Trump indica que el próximo día veinte que proteste el desempeño de su cargo, estará dando el banderazo para iniciar la construcción del muro.

En política de las promesas de campaña se va formando el programa de gobierno; programa que casi siempre se compromete a cumplir quien resulte vencedor de la contienda electoral y en el caso del muro divisorio de nuestra frontera norte, lo que pareció en un principio, una idea “fuera de juicio”, por el desafío y al mismo tiempo el agravio en contra del país limítrofe por el lado sur de los Estados Unidos; es decir, lo que se consideró en su momento “una amenaza” para México, se fue consolidando al percatarse los encuestadores de Trump, que esa actitud le generaba simpatía en el electorado norteamericano (que es el que votó a su favor), aunque al mismo tiempo le causara a Donald el repudio de los migrantes latinos y en particular de los mexicanos.

De nada sirvió el entusiasmo de la demócrata Hilary Clinton, para detener a su contrario republicano, al expresar abiertamente su oposición al multicitado muro; ya que la intempestiva aparición de Donald Trump en los Pinos, con el Presidente Enrique Peña Nieto y a invitación del quien fuera Secretario de Hacienda Luis Videgaray Caso, destituido y después resucitado en el gabinete peñista, (como sucedió a Lázaro, cuando después de muerto resucitó y andó), según los rumorólogos de los Pinos, por el giro que dio la inesperada visita de quién gobernará al país más poderoso del mundo, pues aseguran que ese fue el motivo para volver a darle oxígeno al que no sabe nada de su nuevo encargo, pero aceptó ser canciller como respuesta a la generosa amistad que lo une con Peña Nieto; lo que no descarta, que don Luis Videgaray Caso pudiera ser fiel admirador del “tlacuache Garizurieta”, puesto que en estos tiempos de gasolinazos y depreciación del peso frente al dólar, vivir fuera del presupuesto es vivir en el error.

Dentro de siete días Donald Trump tomará posesión de su cargo y continuará con su carácter furibundo, despotricando en el ámbito internacional, ahora contra los presidentes de Rusia y de China, sin importarle la animadversión o las tensiones en la diplomacia que pudieran derivar de la rudeza innecesaria con que se conduce el magnate Donald Trump, equiparándose al Rey Sol, Luis XIV, a quien históricamente se le atribuye la frase totalitaria “El Estado Soy Yo”, para significar la inexistencia de algún otro poder en la monarquía francesa que pudiera hacer sombra al sol o equilibrar el omnímodo poder del famoso Rey de Francia, quien murió de septicemia, en estado de putrefacción por gangrena, días antes de llegar al septuagésimo séptimo aniversario de su nacimiento.

Solo así se podría entender el cúmulo de amenazas con las que pretende hacerse respetar el Presidente Trump; como se vio cuando anunció aplicar impuestos especiales a las empresas norteamericanas que inviertan en nuestro país, que vendrían a generar empleos y prácticamente a arraigar (para que no se vayan de migrantes) a nuestros paisanos que pudieran lograr un trabajo digno y remunerador en las plantas armadoras de autos, que ahora ven limitada su expansión y crecimiento, por las multicitadas amenazas sin fundamento legal y sin justificación política o económica, se viene a poner como obstáculo para causar más problemas de pobreza y desempleo.

Se le olvida a quien fuera empresario triunfador y magnate en los negocios, que los impuestos solo pueden establecerse por Ley; y que las leyes solo pueden aprobarse por el Organo Legislativo de cada estado; que las asociaciones de empresarios mejor conocidas como Cámaras de Comercio (poderosas e influyentes en cualquier parte del mundo), tienen mucho que ver en el cobro de contribuciones que hace el fisco y en su aplicación o destino; y que no basta la amenaza caprichosa, así sea de Donald Trump, para utilizar el cobro de los impuestos como arma política, menos en un país de leyes, que cuenta con un órgano jurisdiccional tan influyente y poderoso como la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos de Norteamérica.

Al que no deja de lloverle en su milpita, es al Presidente Enrique Peña Nieto, apabullado por el gasolinazo; el vandalismo de la plebe y de los asalariados; criticado por banqueros y miembros de la iniciativa privada, afectados por la devaluación del peso frente al dólar; despreciado por la Coparmex y por los sindicatos disidentes; y reprochado por los gobernadores de la Conago, por la falta de invitación al pacto; para que no deje de sentirse importante Peña Nieto, en los proyectos políticos del norteamericano, Donald Trump volvió a la carga al reiterar “que todavía no sabe cómo” pero que, de que México paga paga. Desde luego que se refería al costo del muro de la ignominia.