Imparable sigue la violencia en el estado de Veracruz, de norte a sur de la entidad, mientras que la autoridad está más preocupada por la grilla.
Del miércoles al viernes, se registraron cerca de 20 asesinatos desde Tihuatlán y Poza Rica hasta Jáltipan, pasando por el puerto de Veracruz y Cuitláhuac, en la ahora muy violenta región de Córdoba.
Es verdaderamente preocupante que la violencia criminal esté completamente desatada, a pesar de las múltiples y consuetudinarias del Grupo de Coordinación Veracruz, en el que además de los cuerpos de seguridad estatales, participan el ejército y la marina, sin que al parecer eso inhiba a los delincuentes.
Veracruz no quiere más violencia. Pero parece que no hay todavía manera de detenerla.





