En Veracruz suman más de 300 denuncias contra ex funcionarios por el fraude en quimioterapias y pruebas falsas de VIH, pero no hay detenidos ni consignados.
Desde 2013, el entonces titular de Salud del Estado, Antonio Nemi Dib, presentó ante la PGR y la Fiscalía estatal más de 200 denuncias penales y 100 de carácter administrativo contra más de 160 servidores; sin embargo, ninguno está en prisión.
Ni siquiera hay castigo para personajes como Pablo Anaya, ex Secretario de Salud de Veracruz, quien ahora aspira a la candidatura de Movimiento Ciudadano por la Alcaldía de Poza Rica.
Anaya es señalado por adquirir 70 mil pruebas de VIH en 2011, algunas de las cuales, se presume, eran falsas.
La actual Administración de Miguel Ángel Yunes retomó el tema y acusó a los ex Gobernadores Fidel Herrera y Javier Duarte ante la Fiscalía General del Estado.
Herrera renunció a su cargo como Cónsul en Barcelona para hacer frente a las acusaciones, pero no se ha parado en Veracruz.
Senadores del PAN, del PRD y del PRI expresaron su indignación tras revelarse que, durante la Administración de Duarte, quien sigue prófugo, se aplicaron quimioterapias falsas a niños enfermos de cáncer, pero no ha pasado de un exhorto.
Además, la Cofepris no ha encontrado evidencia que compruebe que en Veracruz se aplicó agua destilada a niños con cáncer en vez de las quimioterapias.
Exigen castigo
Nemi Dib exigió una investigación por la compra de medicamentos falsos: en primera, para demostrar que no tuvo responsabilidad y, en segunda, para que se castigue a los responsables.
“Esta situación nos ha pegado no sólo de manera moral, sino también en forma patrimonial, estoy en busca de ‘chamba’, de opciones de trabajo, pero obviamente estoy a disposición de la autoridad como ya se lo hice saber a la Fiscalía de Veracruz, para lo que tenga que aclarar”, afirmó el ex funcionario en entrevista.
Nemi estuvo al frente de la Secretaría de Salud de Veracruz de marzo de 2013 a octubre de 2014.
“Nos hicieron 26 auditorías -en muchos casos con saña-, pero al final fue mejor, resultaron en cero esas auditorías, ni siquiera tuve recomendaciones. Estoy necesitado, urgido de comparecer ante la autoridad y acreditar, no solamente mi inocencia, sino que se hizo lo correcto; dejar en claro que en 18 meses como Secretario de Salud, yo procedí como tenía que hacerlo”, indicó.
En ese periodo interpuso casi 200 denuncias penales y más de 100 denuncias administrativas que que involucran a alrededor de 400 trabajadores de la dependencia en delitos, tanto federales como estatales.
“La venta de medicamentos se denunció durante mi tiempo”, recordó.
– ¿Quién tuvo qué ver?
– El ex director de Administración de los Servicios de Salud de Veracruz (Sesver) cometió muchas irregularidades que yo denuncié. Él hizo depósitos de cuentas de Sesver a cuentas de particulares, compró medicamento y ambulancias a sobreprecio, cobró comisiones a proveedores para comprarse y para pagarles. En realidad él era un empleado de Luisa Ángela Soto, actual diputada local, secretaria de la Comisión de Salud del Congreso.
– ¿Soto Maldonado? ¿Líder sindical de los servicios de Salud del Estado?
– Ella se “embuchaca” 85 millones de pesos anuales o más, sin darle cuentas a nadie. Tengo pruebas, lo viene haciendo desde hace 20 años violando las leyes de transparencia.
– ¿Y qué le dijo el ex Gobernador Javier Duarte?
– Desde el primer día que yo llegué el Gobernador fue claro y enfático de enfrentar de manera radical los actos de corrupción y las palabras que utilizó fue ‘limpia, limpia todo lo que encuentres irregular’, cada vez que le planteaba lo que me encontraba, se indignaba.
– ¿Y le creyó?
– Jamás supe si lo decía en serio.
El ex funcionario también puso el dedo en la llaga con el tema de las empresas fantasma.
“Denunciamos todo eso, incluye el tema de las pruebas falsas. Fui el primero en denunciar a las empresas fantasma; no se usaba ese concepto, ni se sabía de su existencia. Lo conocimos a través de la auditoría federal y cuando lo informé a Duarte me dijo ‘qué esperas para denunciar, que se investigue'”.
Nemi Dib reconoció que se dio cuenta tarde que se encontraba en una espiral de corrupción.
“Yo tengo un costo que inevitablemente voy a pagar. Soy corresponsable porque participé en la gestión de Javier Duarte; no tengo interés en negarlo además que sería absurdo.
“Pero si hubiese sabido lo que pasaba en el sexenio de Duarte no hubiera arriesgado 35 años de servicio publico, ni tranquilidad de familia, de saber el tamaño de los desvíos, el tamaño de los errores, de las prácticas deterioradas”, reprochó Dib.