El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por medio de su vocero, Sean Spicer, aseguró ayer que su relación con México es “saludable y robusta”, pese a las tensiones experimentadas en el último mes, y describió la visita al país vecino de dos altos cargos estadunidenses como una señal “alentadora” del futuro de los lazos bilaterales.
Trump se reunió en la Casa Blanca con su secretario de Estado, Rex Tillerson, justo antes de que este partiera rumbo a México para mantener reuniones hoy allí junto al secretario de Seguridad Nacional de EU, John Kelly.
“Tenemos una relación muy saludable y robusta con el Gobierno mexicano y los funcionarios mexicanos. Y creo que ellos compartirían ese sentimiento”, aseguró el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, en su conferencia de prensa diaria.
“Relación fenomenal”. La Casa Blanca trataba así de imprimir un sentido de normalidad a su relación con México, marcada por tensiones incluso antes de la llegada de Trump al poder y erosionada desde entonces por la orden estadunidense de construir un muro en la frontera común y la insistencia en que el país vecino cargaría con la factura.
Ese desencuentro provocó la cancelación de una visita que el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, tenía previsto haber hecho a Washington a finales de enero, aunque desde entonces ha habido contactos entre ambos Gobiernos para evitar que las tensiones consuman del todo la relación bilateral.
“La relación con México ahora mismo es fenomenal, hay un diálogo increíble y robusto entre nuestros dos países”, opinó Spicer. “Es significativo que el presidente esté enviando a estos secretarios a México tan pronto en su Administración. Es algo simbólico de la relación significativa que tienen los dos países”, insistió Spicer.





