Cuando no las trae uno consigo, nomás no las trae. Así el presidente Enrique Peña Nieto, que si no las hace, se le acomodan.
Durante el acto cívico conmemorativo del Día de la Bandera celebrado en el Campo Marte, al momento de izarse el lábaro patrio monumental, éste se enredó en una estructura de iluminación y se rasgó, plasmándose en una imagen dramática para la posteridad.
No faltó quien vio en esto casi casi como un castigo de Huitzilopochtli contra el régimen de Peña Nieto por su entreguismo y falta de carácter ante las agresiones externas, o como una simbología perfecta del estado del país.
El caso es que Peña Nieto se llevó una nueva “madrina” en las redes sociales, casi de a gratis. Ni hablar, es su karma.