Mal y de malas anda el Partido de la Revolución Democrática, que se le desfonda en las manos a sus dirigentes.
Y es que la declaración de adhesión al lopezobradorismo del coordinador de la bancada perredista en el Senado de la República, Miguel Barbosa, no fue sino el anuncio tácito de su inminente salida de ese instituto político para integrarse formalmente al proyecto del “mesías tropical”, pues agregó que si su todavía partido no apoya al “Peje”, se les va, ante lo cual, la dirigente nacional de lo que queda del PRD, Alejandra Barrales, anunció que antes de que se vaya, primero lo van a destituir del liderazgo amarillo en la Cámara alta.
Pero poco a poco, y ante la posibilidad real de que esta vez Andrés Manuel López Obrador sí logre su objetivo de hacerse de la Presidencia de México, sus antiguos compañeros reniegan del PRD y buscan acomodarse a su vera, no vaya a ser que no les toque nada por andar cuidando a un muerto viviente.
Y en Veracruz andan por las mismas.
