FUNDACIONES DESACREDITADAS POR LA CLASE POLÍTICA EN MÉXICO

Primero fue la Fundación “Vamos México” de Marta Sahagún de Fox, la que sirvió para recabar fondos supuestamente para actividades sociales en favor de los pobres y de los niños necesitados, para dotarles de estudios médicos especializados en atender discapacidades congénitas, para rescatarlos del abandono oficial, que a través de las instituciones de salud, es inoperante por carecer de los recursos suficientes para atender a la población desvalida. Al final del primer gobierno de la transición, encabezado por Vicente Fox Quezada, su esposa Marta, se fue junto con su marido a radicar al rancho San Cristóbal en Guanajuato, y jamás rindió cuentas de los fondos recibidos por la fundación Vamos México, incluido el famoso concierto-cena de Elton Jhon por el que se fijó en Diez Mil Pesos, el boleto por cada invitado, a quien se le ofrecía una mesa con diez lugares, siendo en su mayoría funcionarios de la federación, gobernadores y empresarios de la cúpula de la iniciativa privada, unos por gusto y otros por obligación, abarrotaron la cena y contribuyeron a los fondos millonarios que, esa noche de éxito para la fundación Vamos México, el total de lo recaudado fue a parar a la cuenta personal de la presidenta de la fundación.

Después, a través de la asociación Mexicanos contra la Corrupción, que preside el empresario Claudio X. Gonzalez, nos enteramos de que otra mujer que ha jugado un papel destacado en el Partido Acción Nacional, Josefina Vázquez Mota, tuvo la ocurrencia de fabricar otra fundación denominada Juntos Podemos, cuyo objetivo principal es atender las necesidades de los migrantes mexicanos en Estados Unidos, incluida la defensa jurídica frente a cualquier autoridad de los Estados Unidos, buscando evitar su deportación o su encarcelamiento (que es lo más común). El Presidente de México Enrique Peña Nieto, a solicitud de Vázquez Mota, autorizó un subdividió a la fundación que ella presidía hasta antes de ser candidata del PAN al gobierno del Edomex; y sin rendición de cuentas de la aplicación de esos recursos públicos, dejó la fundación para dedicarse al activismo político, cuya finalidad primordial es ocupar la silla que dejará vacante Eruviel Ávila, éste último ex presidente municipal de Ecatepec, durante dos periodos, Diputado al Congreso local del Estado de México y hoy, habrá que agregarlo a la lista de aspirantes a la candidatura presidencial de 2018.

Otra mujer, destacada militante del PAN, dos veces Diputada Federal y una de ellas coordinadora de su bancada, Margarita Zavala de Calderón, ex primera dama y hoy aspirante a la candidatura presidencial del próximo año, quien recorre todo el territorio nacional, además de las regiones norteamericanas donde hay una gran presencia de mexicanos migrantes e indocumentados, se le acaba de ocurrir la gastada idea de crear otra Fundación, para recabar fondos para su campaña, seguramente para no disminuir el patrimonio familiar ni desgastar la cartera de su esposo el ex presidente Felipe de Jesus Calderón Hinojosa, tristemente célebre por el mal gobierno que desempeñó, quien en campaña pedía que se le llamara después, “Presidente del empleo”; dejando su administración sin trabajo, a millones de desempleados, muchos de los cuales migraron en busca del sueño americano. La más reciente actividad para recaudar fondos para la campaña, la organizó Margarita Zavala, en el estado de Puebla, precisamente en la capital, en la ex hacienda de San José Actipan, con asistencia de ciento cincuenta empresarios, quienes disfrutaron de una gran cena y convencidos del proyecto, aportó cada uno de ellos la suma de Diez Mil Pesos, como primera contribución al proyecto político de la ex primera dama.

Como se observa, la visión de las mujeres destacadas del Partido Acción Nacional, es similar, convencidas de que no hay que poner en riesgo los recursos propios de los candidatos, por la incertidumbre e inestabilidad de la política; y porque además, las más de las veces, es la voluntad de los poderosos en la iniciativa privada y en la política, quienes imponen a sus ahijados, por encima de la voluntad popular. Lo malo es que, si la memoria no traiciona a la población, le tocará a Margarita Zavala de Calderón, pagar las facturas que dejaron pendientes Marta Sahagún y Josefina Vázquez Mota, por el manejo oscuro y discrecional, que hicieron con los recursos de sus fundaciones, que como todas las fundaciones, siempre llevan un fin social meritorio, para esconder el verdadero objetivo de cada quien. Pero además, en el caso de la ex primera dama, si logra la candidatura anhelada, tendrá que cargar con el lastre de los muertos y desaparecidos en la guerra contra las drogas, encabezada sin resultado favorable, por su esposo Felipe de Jesus Calderón Hinojosa, a quien los deudos de las víctima, le atribuyen la responsabilidad por la pérdida de sus familiares. Lo que hace mayormente difícil el regreso del matrimonio Zavala -Calderón a los Pinos.

En los partidos y asociaciones políticas en donde se trabaja no sólo en alcanzar el poder, sino con un fin social, existen mujeres preparadas, inteligentes y honestas, capaces de resistir a las tentaciones del poder y del dinero, sin incurrir en desviaciones o traiciones a su base social. Por desgracia, dos ex primeras damas, Marta y Margarita, han dejado una mala imagen con sus fundaciones, que no se puede borrar de un plumazo; y Josefina, quien estuvo en la antesala de la presidencia, en las pasadas elecciones, hoy carga con el descrédito que le dejó la Fundación Juntos Podemos y los mil millones de pesos de subsidio, sin rendición de cuentas a quienes con su dinero y a través del pago de los impuestos, hacen posible la recaudación para el gasto público; lo que le da derecho a cada contribuyente, de exigir transparencia y rendición de cuentas de su dinero.