La investigación sobre la posibilidad de que el equipo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se coordinara en secreto con Rusia durante las elecciones llegó a su círculo más cercano, tras el acuerdo de su yerno y asesor, Jared Kushner, de testificar voluntariamente ante un comité del Senado sobre sus contactos con representantes del Kremlin. Con esta maniobra, el poderoso yerno de Trump y su asesor presidencial evitará tener que declarar bajo juramento, al haberse ofrecido a hacerlo voluntariamente.
“Frenesí mediático”. En rueda de prensa, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, aseguró que Kushner está “encantado” de tener la oportunidad de explicar su “papel y los individuos con los que se reunió”, para acallar “el frenesí mediático” levantado.
Explicó que los contactos de Kushner con representantes rusos se debían a que el marido de Ivanka Trump, hija del mandatario, era el “enlace oficial” con gobiernos extranjeros.
“Él era el punto de contacto con gobiernos extranjeros hasta que hubo un equipo en el Departamento de Estado, ya que hubo un retraso”, explicó Spicer, en relación a que el secretario de Estado, Rex Tillerson, no fue confirmado hasta febrero.
Según The New York Times, Kushner se reunió con el embajador ruso en Washington, Serguéi Kislyak, tanto durante la campaña electoral como en el periodo de transición que va entre noviembre y el 20 de enero, cuando el mandatario asumió el cargo.
Además, a petición de Kislyak —quien también mantuvo contactos con Michael Flynn, dimitido ex consejero de Seguridad Nacional—, se reunió en diciembre con el banquero ruso Serguéi Gorko