Fiscal borracho: ¡Los desaparecidos que esperen!

¡Historias del coronel Empédocles en el “Barezzito” de Xalapa!
“¿Va a regresar por la tarde, señor?”
“¡No!”
¿Pero tiene programada para esta tarde una cita con los Colectivos de personas desparecidas?
“¿Y cuál es la prisa, si están desaparecidos?”, devolvió el molesto jefe a la impertinente secretaria.
¡Chino libre!
Luisito se fue con seis de sus cuates a comer a Plaza Américas de donde ya salieron faroleados, pero muy dispuestos a seguirla… ¡Al antro, pa´cabar pronto!
Todo –of course my horse- con cargo a la Fiscalía General del Estado.
No le dieron muchas vueltas, pues.
“¡El centro está a toda madre!”, le dijeron al imberbe Fiscal Especializado para la Búsqueda de Personas No localizadas en Veracruz, vaya membrete mamón del área responsable de aclarar que pasó con los 10 mil, 15 o 22 mil desaparecidos en los últimos años en Veracruz; de ubicar las decenas de fosas clandestinas, y de indagar quienes provocaron tal masacre.
“¡Sale pues!, dijo con ánimo sin dejar de frotarse las manos Luis Eduardo Coronel Gamboa, ese recomendado para tan relevante posición por el columnista del periódico AZ, Eduardo Coronel Chiu, su papá.
“¡Llevate a la vulgar de Susana!”, insistió Luisito… “ya ves que es rebuena pal`reventón”… Y patitas montadas en Suburbans de a millón, pa´que las queremos.
Ya en el “Barezzito” un traguito por aquí, un traguito por allá; un sorbito a capela de “Etiqueta Negra” por aquí -¡guácala!- otro por allá… Una buena mentada de madre para esos “¡Pinches meseros lentos!”, gritaba don Luisito –porque ha de saber usted que Eduardo Coronel en la Fiscalía es un “Don”- y que siga la fiesta.
Una fiesta de puras mentadas de madre, ofensas a los parroquianos, incluso varios de ellos lo grabaron en la plenitud del reventón, videos que todo el fin anduvieron bailando en las redes, al igual que las danzas eróticas de la corrientota Susanita… “¡Que pedito se traía!”
Luego las bendiciones de whisky sobre las cabezas de los antreros mismas que eran celebradas de manera ruidosa.
“¡Pasameee la botella!”, era la canción himno a la que se sumaba la gritería.
Así transcurrió el reven del viernes “chiquito” hasta rayando el sol… “¡hay cabrón!, ya es re´tarde”… Y salieron rompiendo madres del antro.
Eran casi la ocho de la mañana del viernes 31, “día de chamba, brody. ¡Día de quincena!” y al grito de “¡Pélale, manito! salieron como alma que lleva el Diablo.
“¿A la oficina patrón?”, preguntó el recio chofer y guarura.
“¡Que oficina ni que madres!.. A la casa que ya no aguanto la pinche cruda”.
Esa fue la historia de una noche de antro, en jueves, del joven fiscal Luis Eduardo Coronel Gamboa, que pasa día y noche buscando, no a los desaparecidos, sino el etiqueta negra para bendecir a los cuates.
Eduardo Coronel, de profesión abogado, llegó –en la era Duartista- a su primer cargo en la CEAPP, ese entuerto que protege a los periodistas (ya asesinados) recomendado por papi. Posteriormente, se volvió incondicional de Namiko Matzumuto, quien lo apoyó para ocupar el cargo de Secretario Ejecutivo en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que dirige.
En Veracruz, es harto conocida la tendencia priista del periódico AZ, así como su “cercanía” y “lealtad” con el hoy prófugo de la justicia Javier Duarte de Ochoa. Antes lo fue con Fidel Herrera.
De ahí la extrañeza del nombramiento, acaso producto de una negociación en lo oscurito como lo han hecho otros comunicadores que han pasado de la defenestración al elogio desmesurado al hoy mandatario sin que se les mueva un rizo de cabello, ni disminuya el grosor de su cartera.
La fiesta del chavo Coronel en el “Barezzito” –así se llama porque tiene mucho alcohol en reducido espacio- no evoca más que la censura contra Luis Eduardo Coronel Gamboa responsable de sacar adelante el “rezago” en las investigaciones de búsquedas de desaparecidos, avanzar en las consignaciones de presuntos delincuentes involucrados en desapariciones forzadas, así como llevar a cabo diligencias de desapariciones recientes.
Desde su nombramiento como Fiscal para los “No localizados” causó malestar en los colectivos quienes lamentaron que en “un hijo de papi” recaiga tan alta responsabilidad y en el Congreso local, la diputada panista Maryjose Gamboa calificó de “lamentable” que alguien como Coronel Gamboa, que dejó “expedientes rezagados” en la protección de periodistas y en derechos humanos”, llegue a ocupar la titularidad de búsqueda de personas desaparecidas.
La legisladora panista lamentó asimismo en aquel momento que el fiscal, Jorge Winckler delegue esta responsabilidad, que es prioridad en la agenda del Estado, en alguien que su trabajo anterior y sus acciones lo desacreditan.
“Exhortamos a que el Fiscal nos pueda responder ¿por qué lo nombró?, si lleva tres puestos y no ha dado una en el cargo, no creo que sea la persona correcta… pero habrá que evaluarlo cada dos o tres meses”.
En fin, que ya pasaron los primeros tres meses de ello y la calificación para Luisito pareciera unánime: “¡Es un borracho consistente!”.
Eso no lo dice Maryjose, sino la vox populi.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo