VENEZUELA Y MEXICO, ENTRE EL DECORO Y EL CINISMO.

En serio, pero muy en serio, no existe parangón entre el sistema democrático de Venezuela con México, pues en tanto allá se cuenta con una precisión brutal en cuanto a que en el momento de la elección se sabe quién es el ganador,- cuya inversión económica es ridícula si la comparamos con nuestro país-, es decir, aquí hacemos leyes y creamos tribunales de mil cuentos, para presumir de lo que carecemos, que es ,de una verdadera autenticidad, pues es más lo que simulamos para justificar la desviación de recursos e incrementar la cauda de ladrones, que la sociedad se convenza de sus bondades, en resumen, decoro contra cinismo.
Por eso da pena ajena ver que el presidente de la república ,que a la vez es el jefe nato del ejercito – así lo mandata la constitución política del país- que humille a las fuerzas armadas convocándolas, más que nada obligándolas – lo hacen por disciplina y lealtad a la institución presidencial- a un acto supuestamente de desagravio porque la Comisión derechos humanos ha documentado violaciones graves, sin embargo, no pide perdón – que sería lo correcto y decente- por disponer que los soldados sigan en la calle y que esté promoviendo una ley de seguridad interior que nada tiene que ver con las fuerzas armadas, pues éstas están para defender la soberanía nacional ante cualquier amenaza externa y no para enfrentarse a delincuentes comunes.
La desnaturalización de las funciones de los soldados está por demás está demostrado desde que un presidente enfermo de poder y de rencor divino se adueñó de la presidencia – Felipe Caderón Hinojosa, por añadidura panista- y vistiendo la indumentaria, que es exclusiva de los militares y en un acto de prepotencia y egocentrismo enfermizo, metralla en mano ,anuncia una guerra que lleva más de cien mil muertos y desaparecido y que no tiene fin , si, como se ve, se materializa ese modrego o bodrio que es la ley de seguridad interior.
En Venezuela , conviene precisarlo, de ninguna manera se atenta “frontalmente contra la división de poderes y la democracia representativa” como dice Peña Nieto ,- pienso que necesita un curso intensivo sobre la división de poderes- por el contrario, lo está haciendo el supremo Tribunal de Justicia de ese país, es hacer que se respete precisamente de eso que carecemos en México, esto es, que la cámara de representantes respete las sentencias que dicte el tribunal jurisdiccional, pues desde hace como dos años está en desacato al no obedecer una sentencia que es de orden público e interés social, en tanto, lo contrario existe en México en que hay sentencias de amparo que no se han cumplido y ni los diputados y senadores, presidentes municipales o gobernadores han sido destituidos, en síntesis, lo sucedido en aquel país no pasa en el nuestro , de ahí nuestro asombro y el escándalo mediático del que nos hacen cómplices .
Pero el meollo no está en el desconocimiento que se hace de la cámara de representantes por el tribunal de justicia, sino que se quiere y se pretende que la minoría antichavista entregue el poder que, bien pudo haber trampeado las elecciones pasadas para mantener el control político pero, al contar con un sistema electoral impecable, al gobierno no le quedó más que someterse a la voluntad de las mayorías, solo que , el agandalle de esa mayoría legislativa lleva al extremo de querer entregar el petróleo a los intereses extranjeros,- algo similar a lo que ya aconteció en México-, por eso, el escándalo mediático concluirá cuando Maduro obedezca a la OEA y a los intereses que están en juego y que son muchos para las minorías transnacionales y miseria para el pueblo.
La solución salomónica que debe promover México, si quiere tener prestigio, es que la cámara de representantes obedezca la decisión del tribunal supremo de justicia, cumpliendo la sentencia y, de paso, algo similar podrá hacerse en nuestro para que la suprema Corte de Justicia haga lo propio, esto es , que si los diputados, senadores, presidentes municipales y gobernadores están en desacato se les destituya o que cumplan las sentencia de amparo, ni más, pero tampoco menos.
Diplomado en amparo y derechos humanos*
limacobos@hotmail.com
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