El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reunió ayer de urgencia para valorar la reacción al ataque químico ocurrido el martes en la localidad siria de Jan Shijún, del que la oposición y el bloque occidental culpan al dictador sirio, Bachar Al Asad.
Sin embargo, Rusia ejerció por enésima vez su derecho a veto, e imposibilitó la aprobación de un texto condenatorio. Según argumentó el embajador del Kremlin en la ONU Vladímir Safronkóv, cualquier decisión debe adoptarse después de una investigación “completa”, por lo que dijo que el texto es “categóricamente inaceptable”.
Eso, a pesar de que el texto no llegó ni a votarse ni siquiera señalaba a ningún responsable y se limitaba a condenar el ataque, a pedir una investigación internacional urgente y cooperación a las autoridades sirias y a abrir la puerta a eventuales medidas contra quien sea hallado culpable.
Safronkóv insistió en que todo lo que hay por ahora son “falsos reportes” y reiteró informaciones suministradas desde Moscú, según las cuales la aviación siria habría bombardeado un almacén donde el grupo terrorista Al Nusra estaría fabricando municiones “que usan armas tóxicas”.
IRA OCCIDENTAL. Ante esta situación, la reacción de las potencias occidentales fue contundente. La embajadora de Estados Unidos, Nikki Haley, se preguntó amargamente “¿Cuántos niños más tienen que morir para que a Rusia le importe?”, y acusó a Moscú de utilizar una “falta narrativa” para blindar a sus aliados de Damasco ante posibles sanciones internacionales.
Durante su intervención, Haley se puso en pie para mostrar al resto de diplomáticos fotografías de algunas de las víctimas del supuesto ataque químico, que según la ONU, provocó al menos 70 muertos, entre ellos, una decena de niños.
Acto seguido, la embajadora de Washington argumentó que “no podemos cerrar nuestras mentes a nuestra responsabilidad de actuar”. Ante el bloqueo en el Consejo de Seguridad, sugirió que Estados Unidos podría tomar algún tipo de medida unilateral, aunque no dio más detalles.
Francia y Reino Unido insistieron también a Rusia para que permita al Consejo de Seguridad actuar ante el uso de armas químicas en Siria. “No hay ninguna alianza política que pueda justificar cerrar los ojos ante atrocidades masivas”, dijo el embajador galo, François Delattre.
Su homólogo británico, Matthew Rycroft, hizo hincapié en que los vetos rusos en el Consejo no hacen más que animar al régimen sirio a continuar matando y defendió que el texto que propusieron su país, Francia y Estados Unidos sobre el ataque químico debe ser aceptable para cualquier Estado.





