EL ESTADO DEMOCRÁTICO DE DERECHO; ÚNICO CAMINO PARA ENDEREZAR EL RUMBO DE MÉXICO.

Hasta antes de 1988; año en que ocurre la más grande escisión interna del PRI, se enarbolaba en el partido tricolor la bandera del México Democrático, donde se aseguraba que las elecciones eran libres, porque los ciudadanos votaban sin restricciones por los candidatos y partidos que cumplieran con sus aspiraciones individuales; y fue en los prolegómenos de la sucesión presidencial de Miguel de la Madrid, cuando la rebelión de los grandes dentro del PRI, ocasiona la mayor fisura que después conduce a la transición democrática con un cambio de partido y de personajes, que llegan a los Pinos, defenestrando al PRI.
La rebelión del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano , Ifigenia Martínez Navarrete y Porfirio Muñoz Ledo, todos ellos, personalidades reconocidas en el medio político nacional, con mucha clientela política y seguidores de todo nivel, se pronuncian y exigen abrir las formas para “democratizar” la selección del candidato, con una propuesta de “elección interna” con la participación libre de militantes y simpatizantes del PRI; lo que resultaba totalmente contrario a la tradición impuesta de la gran decisión unipersonal de cada seis años, que hacia el presidente en turno de su sucesor, convirtiéndose el presidente saliente en el “fiel de la balanza” , que no es otra cosa más que el Voto de Calidad que decide finalmente quien representará como abanderado del PRI, la candidatura presidencial, que tradicionalmente llegaba a los Pinos.
Ante la decisión del fiel de la balanza, cumplimentada por el licenciado Jorge de la Vega Domínguez, presidente del CEN del PRI, se organiza una pasarela “a modo”, donde resulta electo candidato el licenciado Carlos Salinas de Gortari, quien en el proceso electoral respectivo, contiende contra el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, candidato del Frente Democrático Nacional constituido por ex priistas; en alianza con el PMT, del ingeniero Heberto Castillo ; y de los partidos PARM, PPS, PST y etc. El resultado electoral ya se sabe, fue en favor de Carlos Salinas de Gortari, con la impugnación histórica de haberse perdido el conteo de votos la noche del cómputo, por la “Caída del Sistema” que no permitió el conteo de los miles y miles de votos verdes (votos campesinos) que “según” llegaron en la madrugada y orientaron los resultados para favorecer a Salinas. De nada sirvieron las protestas de los seguidores de Cárdenas, de quien se dijo por mucho tiempo que le robaron la elección.
Y así como en el 88 la queja ciudadana por la falta de elecciones democráticas, incredulidad y desconfianza que nació en México, ante el fraude cibernético que le arrebató el triunfo al ingeniero Cárdenas; en el año 2006, el heredero de las fuerzas políticas de izquierda, licenciado Andrés Manuel López Obrador candidato del PRD ( partido formado con miembros del FDN, y demás apoyadores de Cárdenas), también sufrió el robo de la elección presidencial, que quedó reconocida en favor del candidato del PAN, Felipe de Jesus Calderón Hinojosa, quien “aiga sido como aiga sido”, mal gobernó al país hasta el año 2012, en que según se afirma, en un pacto de traición inconfesable, terminó apoyando al candidato del PRI licenciado Enrique Peña Nieto, a cambio de que no se abriera un Juicio Político en contra de Calderón, por la guerra fallida contra las drogas y los cientos de miles de muertos y desaparecidos durante el sexenio del terror.
Con esos antecedentes, el Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, quien por ley tiene la obligación de garantizar el “Estado Democrático de Derecho”, anda como anduvo Salinas, con los ojos vendados y los oídos tapados, pues a todos los quejosos y protestantes , “Ni los Ve ni los Oye”. Hoy quedó en el olvido que solo la ley está por encima de la voluntad de los hombres del gobierno, incluido el gran Tlatoani Enrique Peña Nieto; y también por encima de la voluntad individual y colectiva de los mexicanos, porque en cada oportunidad que tienen los que mandan en el gobierno, reiteran el estribillo de que: “Nada ni Nadie por Encima de la Ley; la Ley por encima de todos”. Y por toda la república surgen las quejas de los ciudadanos por la arbitrariedad con que los hombres del gobierno violan las leyes, haciendo todo lo que está prohibido en agravio de la sociedad; y ni la CNDH, ni las Fiscalías, ni la PGR ni la Suprema Corte de Justicia de la Nación ni el Poder Legislativo Federal y Local, ni autoridad alguna, ha sido capaz de constituirse en un “Poder Sancionador”, que castigue desde las faltas e infracciones, hasta los delitos de los hombres del gobierno en contra de los particulares, alcahueteando a quienes vulneran la confianza del pueblo en sus instituciones y en los encargados de la seguridad, el orden y la vigencia del Estado de Derecho.
Se necesita repetir, por todos los medios a nuestro alcance, para que llegue a todos los oídos y sacuda la conciencia del pueblo, para tomar la gran decisión y cotidianamente repetir: ” Hoy Puede ser un Gran Día; Vamos a Luchar, con todas las Fuerzas para Conseguir el Cambio Democrático que México requiere para acabar con Injusticias, Desigualdades y Falta de Oportunidades”. Y así obligar al gobierno a un actuar incluyente, transparente, en beneficio de la sociedad, y escuchando a todos, sin privilegios ni discriminaciones, puesto que esa será la única forma de lograr un Estado Democrático de Derecho, del que somos corresponsables todos los mexicanos.
El voto en las próximas elecciones, tiene que ser razonado y en favor de quien asuma esos compromisos.