Para el consejero del Organismo Público Local Electoral (OPLE), Juan Manuel Vázquez Barajas, el reglamentar los procesos que deben cumplir las organizaciones interesadas en constituir un partido político, obstaculizan e inhiben la participación ciudadana en la política.
Y es que recordó que las tres asociaciones que en el mes de enero presentaron su intención de crear un nuevo instituto político local, tendrán que pasar por un proceso largo en el cual se les pedirá cumplir con ciertos plazos de tiempo, requisitos de membresía, estructura y la organización de asambleas que la propia autoridad electoral tendrá que supervisar y verificar, por lo que cuestionó si estos requerimientos tienen vigencia en una sociedad democrática moderna.
“No sólo se otorga al estado el monopolio sobre las patentes de poder hacer política y democracia en México, sino también se limita la entrada a grupos reducidos de individuos y organizaciones que sí pueden cumplir con dichos requisitos”, mencionó al respecto.
Vázquez Barajas expresó que en el afán de legalizar el sistema de partidos y “sacar de la oscuridad” a fuerzas políticas que antes operaban en el país, hemos limitado el poder de la ciudadanía de involucrarse en la toma de decisiones públicas.
No obstante, destacó, se han visto esfuerzos recientes para revertir esta tendencia y hacer un sistema democrático directo, inclusivo y participativo, refiriéndose a la posibilidad que los ciudadanos ahora tienen de competir por la vía independiente o generar propuestas de ley.
“Son algunos de los logros que como sociedad debemos celebrar y ampliar, pero todavía existe una deuda pendiente para lograr un pleno ejercicio de nuestros derechos político – electorales”, recordó y dijo que para lograr lo anterior, es fundamental repensar el sistema de partidos políticos mexicano, pues lo que establece actualmente no es válido en un estado democrático.
“Creo firmemente que debemos transitar hacia un sistema liberal, en el cual no se pida comprobación previa de registro para poder hacer política, sino que sea el voto de las y los ciudadanos que garantice la permanencia de las organizaciones políticas en México. Un modelo democrático no es virtuoso solamente por la calidad de sus representantes, lo es por su capacidad de incorporar diferentes actores y experiencias en la toma de decisiones”, precisó.
En sus palabras, adicionó que empoderar al electorado implica poder regenerar el panorama electoral con nuevos actores que a través de la solidez de sus propuestas puedan entusiasmar a los y las votantes.
“Un sistema en donde el registro de partidos sea un proceso sencillo y sin tanta burocracia no es una idea descabellada. En países como Alemania y España es una realidad, dónde con solamente tres personas que impulsen el registro de un partido se puede dar inicio al proceso. En esos países lo único que se requiere es que se presenten los documentos fundacionales, y requisitos menores como logotipo, nombre y dirección”, ejemplificó.
Desde su óptica, ése es el tipo de escenario al que se debería encaminar el sistema político nacional, “uno en donde la ciudadanía a través de su voto sea quien determine la persistencia de organizaciones políticas y donde el estado simplemente tenga un rol de facilitador”.
