EU advierte a Corea del Norte que no provoque a Trump y China pide calma

El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, amenazó ayer a Pyongyang con hacer uso de la “determinación” exhibida por el gobierno de Donald Trump en los recientes ataques en Siria y Afganistán, y señaló que Washington no tolerará nuevos test de misiles norcoreanos.
El número dos de la Casa Blanca envió este contundente mensaje al régimen de Kim Jong-un durante su visita a Seúl, en plena escalada de la tensión por las reiteradas pruebas armamentísticas del lado norcoreano y el despliegue de un portaaviones nuclear en aguas próximas a la península de Corea como respuesta de Washington.
“En las últimas dos semanas el mundo contempló la fuerza y la determinación de nuestro nuevo presidente con las acciones emprendidas en Siria y Afganistán. Corea del Norte haría bien en no provocar al presidente Trump y en no poner a prueba su determinación o el poder del Ejército de EU”, destacó en rueda de prensa Pence.
“Derrotaremos cualquier tipo de ataque, y haremos frente a cualquier provocación nuclear o de misiles con una respuesta apabullante”, dijo Pence tras reunirse con el presidente en funciones surcoreano, Hwang Kyo-anh.
“Se acabó”. En clara alusión a la política de contención seguida por el presidente Barack Obama y sus antecesores, Pence recalcó que la “era de la paciencia estratégica” de Washington con Pyongyang “se acabó” con la llegada de Trump a la Casa Blanca, y después de que en el último año el régimen comunista realizara “dos pruebas nucleares ilegales” y repetidos lanzamientos de misiles.
“Queremos lograr [una solución a la crisis] por medios pacíficos. Aun así, todas las opciones están sobre la mesa”, advirtió el vicepresidente estadounidense en alusión a la vía militar.
“No habrá líneas rojas”. Desde Washington, el vocero de Trump, Sean Spicer, no marcará una “línea roja” a Pyongyang, por considerar que eso eliminaría su ventaja estratégica en el conflicto en la península coreana.
Spicer subrayó que marcar líneas rojas “no ha funcionado en el pasado”, en referencia a las acciones en Siria del ex presidente Barack Obama, quien dijo en 2012 que la utilización de armas químicas sería una “línea roja” que le llevaría a intervenir en ese país, pero finalmente no lo hizo cuando se demostró su uso en 2013.
Trump, en cambio, prefiere “no telegrafiar” sus acciones con antelación, y prefiere ser “impredecible” en sus acciones militares con el fin de que Corea del Norte no pueda prepararse para la respuesta, según Spicer.
“[Una línea roja] daría al país en cuestión una alerta sobre lo que va a ocurrir”, señaló el portavoz, quien reiteró, sin embargo, que “todas las opciones están sobre la mesa”, incluido un ataque militar, en lo relativo a Corea del Norte.
Preguntado directamente por el último ensayo de misiles durante un acto de celebración de la Pascua en la Casa Blanca, Trump se limitó a responder “ya verán” a la pregunta de cuál será su siguiente paso ante ese país.