El presidente Trump defendió ayer la polémica invitación a su homólogo de Filipinas, Rodrigo Duterte, para que visite la Casa Blanca al destacar la importancia estratégica y militar que tiene ese país para él.
“Filipinas es muy importante para mí estratégica y militarmente”, explicó Trump en una entrevista con Bloomberg, en respuesta a las críticas que ha recibido por invitar a Duterte a la Casa Blanca durante la conversación telefónica que ambos mantuvieron el pasado sábado.
Trump remarcó que Duterte es “muy popular” y cuenta con un “un índice de aprobación muy alto” en su país.
Para acallar la polémica, el vocero de Trump, Sean Spicer, dijo que el presidente está al tanto de las preocupaciones sobre los derechos humanos que rodean a Duterte, particularmente por su polémica “guerra antidroga”, que ha causado más de 7 mil muertes en Filipinas desde el pasado junio.
El demócrata de mayor rango del Comité de Exteriores del Senado, Ben Cardin, se declaró “profundamente preocupado” y urgió a Trump a “rescindir de inmediato” la invitación al presidente filipino.





