En una fría celda del Penalito de Playa Linda del puerto de Veracruz y sin el apoyo de sus simpatizantes, Pascual Lagunes Ochoa, líder sindical de Tenaris Tamsa, pasó su primera noche, esto luego de que el juez le dictó prisión preventiva de un año.
La circulación sobre la avenida Cuauhtémoc luce normal, con automóviles y camiones del transporte público que van y vienen sobre ambos carriles. Apenas se observa el caminar de algunos ciudadanos que se dirigen a sus respectivos destinos.
Esta mañana soleada de viernes no hubo presencia de tamseros a las afueras del centro de detención, mucho menos de sus familiares. Adentro, Lagunes Ochoa, el líder charro de la empresa tubera, pasó su primera noche en una fría celda, custodiada por elementos de seguridad.
Pascual ya no fue ovacionado como en antaño, aquellos años en los que sus seguidores lo arropaban, enaltecían y protegían como si fuera un santo.
A sus 67 años de edad, el hombre que dirigió el sindicato durante más de un cuarto de siglo, enfrenta acusaciones por delitos como homicidio doloso calificado, lesiones dolosas calificadas, terrorismo e incitación a comer un delito, luego del enfrentamiento entre grupos rivales de obreros, que dejó como saldo dos muertos y más de 20 heridos.
Ayer, en el edificio del Poder Judicial del Estado de Veracruz, el juez le dictó un año de prisión preventiva, aunque también cuenta con un plazo de 144 horas, hábiles desde el momento de la notificación, para que demuestre su inocencia.
Hoy, la entrada del Penalito lució como cualquier otro día. Los obreros no estaban, abandonaron a su líder.
