Por fin apareció en la escena política de Coahuila, el líder nacional de PAN Ricardo Anaya, para asumir la defensa de su correligionario Guillermo Anaya Llamas, estigmatizado por misógino y mal hablado, al haber ofendido a las mujeres militantes y simpatizantes del PRI; pero también, a las mujeres de todo México, que lo único que merecen es respeto y consideraciones de género.
Y es que resulta que el tema que ha desplazado a la propuesta política y a los compromisos de campaña, es el combate a la Corrupción. La enfermedad que amenaza con acabar con el Estado Democrático de Derecho, según coinciden quienes forman opinión pública en México, refiriéndose a la Corrupción, enfermedad que produce y aumenta la Inseguridad Ciudadana; que se ha vuelto una plaga que se extiende día con día, por la Impunidad que favorece a los delincuentes.
A falta de una Propuesta Política, los candidatos de todos los partidos, han recurrido a la guerra sucia, principalmente (sacando los trapitos al sol) de los adversarios para descalificarlos ante el electorado; situación que aprovechan también los candidatos que no desean comprometerse ante los electores, para que de llegar al triunfo, puedan ejercer el poder público sin tomar en cuenta a los gobernados y sobre todo, realizar un trabajo en absoluta opacidad, sin rendición de cuentas y con la prepotencia que caracteriza a los gobernantes autoritarios.
Ahora que los candidatos sin propuesta; sin compromiso; sin proyecto político; aquellos que en lenguaje coloquial se les califica por “nadar de muertito”, (sin hacer olas), al sentirse seguros del triunfo, la reversión podría ocurrir en cualquiera de los doce días que le restan al periodo de campaña, tanto las de gobernador en el Estado de México, Coahuila y Nayarit; como las de los doscientos doce municipios veracruzanos; ciento veinticinco municipios del Estado de México; treinta y ocho municipios de Coahuila y veinte municipios de Nayarit.
Una evaluación de la campaña, en cualquier tiempo es importante; pero más aún, cuando está próxima la fecha de terminación del calendario electoral. Éste es el momento adecuado, para cerrar filas entre el candidato, su equipo de campaña, con los coordinadores de promoción del voto y de estructura electoral, que llevarán su representación en las casillas, donde sus tareas se concretarán a vigilar la legalidad de las formalidades establecidas en la ley.
Los representantes del candidato, tendrán que cuidar desde la instalación de casillas, elaboración del acta de instalación y conteo del material electoral; la apertura de casillas y la atención a los electores, previa identificación con la credencial del RFE cuidando la garantía de emisión del voto universal, libre secreto y directo; con base en lo que establecen los artículos 41, 115 y 116 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
El Organismo Electoral, establecerá la “hora” del cierre de casillas (con sus excepciones) y por ende, los representantes del candidato, vigilarán el cumplimiento del conteo de votos, elaboración del acta de cierre de casillas; la firma de los funcionarios y representantes de partidos y candidatos en cada casilla, lo que le dará elementos de validez al resultado final del conteo de votos en cada casilla. Se recomienda la recolección del acta por parte de los representantes del candidato y su concentración a manos del propio candidato, para tener elementos documentales con los que defenderá su triunfo.
Todavía es tiempo de que los candidatos “no subestimen, ni sobreestimen” la inteligencia de los votantes; pues el posicionamiento del candidato durante los días y horas antes de concluir la campaña, “ timing”, deben ser aprovechados (si fuera necesario) para modificar el rumbo y el discurso del candidato, puesto que lo realmente importante es “ganar la elección y no ganar la campaña”.
