EPN obligado a la gobernabilidad; único camino para la gobernanza con proyecto de futuro

El próximo domingo cuatro de junio, cuando caiga el telón con el cierre de la jornada electoral, se decidirá por el voto mayoritario, quien o quienes resultaron ser, los más capaces, oportunos y convincentes, para gobernar a los mexiquenses; los nayaritas y los coahuilenses; y al mismo tiempo, se conocerá la decisión de los veracruzanos, expresada en las urnas, para llevar a los cabildos, a quienes el juicio popular considere como los más capaces para formar parte de ese orden de gobierno.
 
De cómo quedarán los nuevos cuadros políticos en las entidades federativas y los municipios el próximo domingo, podría especularse sobre el resultado de la elección más importante para los mexicanos, en el 2018; puesto que para el PRI está en juego su sobrevivencia política, que le permitiría en unos años cumplir Un Siglo en ejercicio del poder público en casi todo el país.
 
Hay que insistir que es del interés del más importante “mexiquense” que hoy gobierna el país, garantizar el triunfo en su tierra natal, para mantener el coto de poder y su refugio al término de su encargo presidencial.
 
Con la mínima sensibilidad de cualquier observador politico, se entiende que hay línea del más alto nivel, para haber designado a los trece gobernadores priistas concentrados (como delegados plenipotenciarios del PRI) encargados de garantizar el triunfo del tricolor en aquellos lugares donde deberán asegurar el voto mayoritario para su partido, aunque las acusaciones posteriores de fraude y otras travesuras, den motivo para expresar “que aiga sido como siga sido”, el partido de Enrique Ochoa Reza, cumplió su cometido.
 
Lo mismo dirán los observadores políticos, pero en otras palabras, que ningún gobernador aceptaría una comisión para “hacer talacha” en favor del PRI; sino se tratara de una “orden incondicional” del gran Tlatoani de los Pinos; quien desde ahora persigue consolidar el ejercicio de un poder transexenal; en un territorio bajo su dominio, que le permita la sobrevivencia política durante la “larga vida” que le espera a quien dejará la presidencia de la república habiendo cumplido cincuenta y dos años de edad; con buena salud; basta experiencia y necesidad de aportar lo mejor de sí mismo, en favor de la patria y de todos los mexicanos.
 
Osorio Chong recorre el país, en reuniones con los Grupos de Coordinación de cada estado de la república; a fin de garantizar tranquilidad y paz, mediante estrategias y acciones concertadas por el Glorioso Ejercito Mexicano; la Marina Armada de México y Fuerza Aérea; los elementos de la Policia Federal en su división confirmada por la Gendarmería; así como la Policia Estatal y Municipal de cada entidad federativa. Todo esto con el fin de lograr la preservación del Estado Democrático de Derecho y elecciones previas a la presidencial, donde se garantice el voto universal, libre, secreto y directo.
 
Ninguna duda debe quedar de la legalidad y el triunfo de quienes resulten favorecidos en Nayarit, Coahuila, Estado de México y Veracruz. Tampoco existirá motivo, causa o bandera, para alterar el orden público por “inconformidades y protestas post electorales”.
 
El Presidente de la República licenciado Enrique Peña Nieto; su Secretario de Gobernación licenciado Miguel Ángel Osorio Chong; el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; los líderes del Congreso de la Unión como responsables de los Poderes instituidos, serán obligados principales a mantener y hacer efectiva la Gobernanza de este país.
 
Por su parte, la Iniciativa Privada; los Ministros de las Iglesias; y los representantes de los medios de comunicación impresos y electrónicos; y el pueblo con el instrumento más efectivo de interrelacion que tiene a su servicio a través de las redes sociales; también resultan obligados a jugar un papel importante para exigir a las autoridades del más alto nivel, cumplir con la Gobernabilidad, que mantenga el equilibrio de las relaciones sociales en forma institucional y duradera.