Hay en el horizonte veracruzano señales ominosas, oprobiosas, de una inminente elección de Estado en Veracruz. Compra y coacción del voto, cientos de miles de despensas, láminas, cemento, cerdos, gallinas, semillas, etc. o amenazas a alcaldes de partidos diferentes al PAN para que apoyen a los candidatos azules-amarillos, so pena de resultar encarcelados por sus trastupijes, venta de combustible robado, giros negros, anuencia para venta de droga, etc. Incluso, diputados federales y uno que otro local, hasta hace unos meses duartistas, operarán en sus municipios para que el demonio azul les perdone todos sus pecados. Órganos electorales a su merced. Sólo cambiaron de amo.
Vuelven las mismas prácticas priistas, pues al fin y al cabo el nuevo Mandamás trae el gen priista hasta el tuétano. La misma gata, sólo que ahora revolcada y azulada.
El nuevo proyecto presidencial bien lo vale. Hacer presidente municipal al vástago, bien lo vale. Hacer gobernador al otro retoño en 2018, también lo vale. ¿Y los ciudadanos? Esos que se frieguen. Que coman bien una semana o quince días con la venta del voto, aunque luego no tengan ni qué tragar.
¿Qué diferencia hay entre el voraz Javier Duarte y la nueva clase gobernante? Ninguna. Salvo cuatro o cinco municipios importantes que ganará MORENA, todo parece indicar que el resto se pintará de azul y amarillo. ¿Y el PRI?, pues puras rancherías. 40 o 45. No más. Las migajas, para Panal. La otra chiquillada, como el chinito, nomás “milando”.
Sabedor de estos escenarios, es por eso que el Jefe ordenó a sus esbirros destaparlo para la “Grande”. Los halagüeños resultados del 4 de junio serán la carta fuerte para disputar la postulación a Los Pinos.
Enrique Peña Nieto no se dará por agraviado por el revés a su partido en tierras jarochas, con tal de que su nuevo aliado le dé una tunda al partido de Andrés Manuel López Obrador, su enemigo en común. “Hay que frenarlo a costa de lo que sea”, tal vez digan, festinando la derrota anticipada del tabasqueño.
Inseguridad, violencia, desempleo, empujarán el voto de castigo en contra del huésped de Palacio; pero será más fuerte el voto de la necesidad en las comunidades pobres. Bienvenidos el próximo domingo a los nuevos Juegos del Hambre.