“ No hay legado más valioso que la honradez” Shakespeare.
Los mexicanos tenemos lo que nos merecemos, producto de la ignorancia o la estupidez supina de que estamos orgullosos, con una educación que no nos lleva a la independencia sino a la sumisión, pues como diría el presidente López Mateos, los “ pueblos tienen los gobernantes que se merecen” o bien “ los caciques duran mientras el pueblo los tolera” sin reparar que para que exista democracia tienen que existir los que la practican, es decir democráticas y para ello se requiere que la ciudadanía tenga un pensamiento libre, que es lo que no existe pues no dejamos llevar por los medios de comunicación o lo que expresan personas que , sin el menor escrúpulo , como vemos al presidente del PRI nacional ,- que hace gala de su desprestigio y de un enriquecimiento que raya en la peor indignidad- pronunciarse en forma tal que ofende con su lenguaje promiscuo la elemental decencia.
Así lo vimos en las elecciones de hace unos días en que se hizo gala de la deshonestidad para cooptar al mayor número de votantes mediante la compra de votos, despensas o reparto de tarjetas para satisfacer la miseria que lo único que se logra es prolongar el tormento del hambre y que jamás se habla-, apoyándonos en el presidente Trump-de crear más empleos bien remunerados para sus trabajadores y que aquí en México ni en la menor imaginación existe esta posibilidad, pues unas de las formas de mantener atado a la ciudadanía es en que , los grandes empresarios o los medianos, solo medio palian el hambre pero se presume que se han creado miles de empleos que no ayudan, en el fondo a resolver el problema, por el contrario, se acumulan los lumpen proletarios que constituyen y constituirán presa fácil de la criminalidad que amenaza a todos.
Aún no se define el triunfo de los candidatos participantes y ya se presumen de los triunfos, de sus éxitos y se abre la puerta de la denostación para el presumiblemente abatido, pues no se cuida que el proceso concluya democráticamente, que es cuando la autoridad electoral, después de cumplirse con las distintas etapa, determina en definitiva que ya no existe ningún recurso de impugnación, pues en tanto no sea así, solo existe un expectativa con posibilidad de triunfo ,que puede revertirse, negándose, en consecuencia, el mínimo respeto para el adversario y llegándose al extremo del fascismo.
Algo similar acontece en materia de impartición de la justicia penal porque se imputa a un sujeto determinada responsabilidad y los medios de comunicación alertan a la sociedad que existe ya la culpabilidad, olvidándose que ahora la legislación exige la presunción de inocencia , el debido proceso y una defensa jurídica efectiva, de lo contrario, no se la responsabilidad, aunque exista el cuerpo del delito y la presunta responsabilidad, porque estigmatizar la imputado, lleva a la violación del derecho humano garantizado en la ley y que el juez pueda liberarlo de responsabilidad.
Tal puede acontecer con los varios imputados de delitos y que se encuentran en prisión preventiva oficiosa, pues también se castiga a aquellos que abusan de esa medida cautelar para mantener en prisión a un imputado, cuando existen otras medidas como es la fianza , la prisión domiciliaria , la prohibición de salir de la ciudad , el retiro del pasaporte, la vigilancia domiciliaria, etcétera, porque después nos quedamos con el palmo de narices cuando, al analizar el fondo de la denuncia o querella del Fiscal, se demuestra ineficiencia al ser liberado y queda en el ambiente que el juzgador ordinario o secundario, fueron cooptados para ese propósito, es decir, se pavimenta el camino para quienes acompañaron a Duarte no reciban castigo alguno.
Lo mismo puede y va a suceder con el resultado del pasado proceso electoral que el hoy supuesto ganador sea perdedor o bien la nulidad del proceso por vicios electorales, y ello produce encono, odio y malestar profundo, desconfianza y desgano, lo que evidencia incapacidad democrática e ignorancia de su participación en los ´procesos , así que el mejor camino es la honradez , que solo lo da la templanza y la prudencia pues lo vimos en esta contienda fue más de lo mismo, adunado a que el peligro para México lo sigue siendo López Obrador y Venezuela que nos obliga a mantener un silencio sepulcral,. Al carecer de autoridad moral.
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