La violencia en las cárceles del país dejó 271 reclusos muertos entre los años 2013 y 2016.
De acuerdo con información de la Secretaría de Gobernación (Segob), del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS) y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en los últimos cuatro años se registró el homicidio de un preso cada semana, en promedio.
En general, de 2013 a 2016 se reportaron tres mil 159 riñas y 24 motines en prisiones de 21 entidades federativas.
En 2013 hubo 83 asesinatos en cárceles; en 2014, 49; en 2015, 52; mientras que en 2016 se registraron 85 homicidios por contusiones, armas punzocortantes o de fuego.
En las prisiones que administra el gobierno de Nuevo León se cometieron 61 asesinatos; en la Ciudad de México, 57; en Tamaulipas, 45; en el Estado de México, 27; en Jalisco, 12; y en Sonora se reportaron 14 casos.
Algunas causas de las agresiones entre internos son ataques, amenazas, extorsiones, cotos de poder, el ingreso de objetos y sustancias prohibidas, venta de artículos de primera necesidad, así como el control del mercado de la droga en los centros de reclusión.
CADA SEMANA MATAN, EN PROMEDIO, A UN REO
En los últimos cuatro años 271 internos sentenciados o a la espera de ser condenados, fueron asesinados durante riñas o motines registrados en prisiones de 21 entidades del país, así como en cinco centros Federales de Readaptación Social (Ceferesos), bajo la administración del gobierno federal.
Es decir, cada semana, en promedio, matan a un interno en las prisiones del país de 2013 a 2016.
Registros de la Secretaría de Gobernación, del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS) y de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), indican que los homicidios se cometieron en alguna de las tres mil 159 riñas y 24 motines, efectuados por la disputa de las prisiones entre los años 2013 y 2016.
Algunos de los motivos de las agresiones entre los internos y organizaciones del crimen organizado que controlan las cárceles, son ataques, amenazas, extorsiones, cotos de poder, el ingreso de objetos y sustancias prohibidas, venta de artículos de primera necesidad, corrupción de las autoridades, así como por el control del mercado de la droga.
Según los registros de las dos dependencias y del organismo, en 2013, 83 personas fueron asesinadas; en 2014, 49; 2015, 52; mientras que en 2016, se presentaron 85 homicidios por contusiones, armas punzocortantes o de fuego.
En las prisiones que administra el gobierno de Nuevo León se cometieron 61 asesinatos; en la Ciudad de México, 57; Tamaulipas, 45; Estado de México, 27; Jalisco, 12; y en Sonora se han registrado 14.
En los penales federales, los homicidios se registraron en: Centro Federal de Rehabilitación Psicosocial, Ayala, Morelos; en los Ceferesos de mínima seguridad de “Aserradero”; en el “Del Toro”; 4 Noroeste, Nayarit; y en el 13 de Oaxaca.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos, ha emitido diferentes informes sobre el estado que presentan las prisiones y penales del país. En los documentos el organismo menciona el autogobierno, la falta de custodios, así como la carencia de programas para garantizar la reinserción de los internos.
En los Diagnósticos Nacionales de Supervisión Penitenciaría, la CNDH detalla que la sobrepoblación, así como la falta de condiciones adecuadas para los internos, son algunos de los motivos que originaron las riñas y motines.
Entre los homicidios registrados durante este periodo, se encuentra el asesinato de 13 internos en la prisión de San Luis Potosí, en abril de 2013. Ese mismo año, seis reos más murieron durante un motín en Altamira, Tamaulipas.
La semana pasada la disputa que mantienen el Cártel del Noreste (CDN), integrado por familiares y personas cercanas a los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño Morales, contra Los Zetas, originó la muerte de siete internos en una prisión de Ciudad Victoria.
Especialistas e integrantes de la sociedad civil han considerado que es necesario modificar los esquemas que prevalece en las prisiones del país, debido a la falta de capacidad de las autoridades de los tres niveles de gobierno para mantener el control y garantizar la seguridad de custodios, personal administrativo, así como de los internos.
EL AÑO PASADO FUE EL MÁS VIOLENTO
Durante 2016 dentro de los penales mexicanos se cometieron 85 homicidios y 26 suicidios.
De acuerdo con el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2016 las entidades con el mayor índice de homicidios fueron Nuevo León con 54, Tamaulipas con 10, la Ciudad de México y el Estado de México con 5 cada uno, Zacatecas con 4, mientras que Hidalgo, Jalisco, Morelos, Nayarit, Quintana Roo, Sinaloa y Sonora reportaron uno respectivamente.
Febrero fue el mes en el que se reportó la mayor incidencia de homicidios con un total de 54 y los dormitorios fueron el lugar en donde con mayor frecuencia se perpetraron.
Según el reporte de la CNDH los objetos punzocortantes fueron los que más se utilizaron para cometer los homicidios seguidos de los objetos contundentes, cables y armas de fuego.
Respecto de los suicidios las entidades que reportaron más fueron Jalisco con cuatro, Sonora con tres, Veracruz con tres así como Guanajuato, León, Tabasco, y Zacatecas con dos cada uno, mientras que Chihuahua, Ciudad de México, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Quintana Roo, Sinaloa y Tamaulipas tuvieron uno respectivamente.
Los meses en donde se reportaron con mayor incidencia los suicidios fueron enero, abril, junio agosto y diciembre y los dormitorios también fueron el lugar más común donde ocurrieron.