El presidente turco Recep Tayyip Erdogan reprobó hoy las condiciones establecidas por Arabia Saudita y otras tres naciones a Qatar para restablecer sus relaciones diplomáticas, por considerarlas una violación al derecho internacional y un atentado a su soberanía.
“Consideramos que las demandas son contrarias al derecho internacional. Son una violación a los derechos de la soberanía de Qatar”, afirmó Erdogan, un día después de conocerse las condiciones.
Arabia Saudita, Bahrein, Egipto y Emiratos Árabes Unidos (EAU) enviaron la víspera a Qatar una lista con las condiciones para reestablecer sus relaciones diplomáticas y poner fin a la crisis que estalló el 5 de junio pasado por el supuesto respaldo de Doha al terrorismo.
En declaraciones a la prensa en la ciudad turca de Estambul, tras los rezos de la festividad religiosa del Eid al-Fitr, con la que los musulmanes concluyen el sagrado mes de ayuno del Ramadán, el mandatario reiteró su apoyo a Qatar en la crisis diplomática.
“Como apreciamos tanto a Qatar adoptamos la postura de Qatar contra la lista de demanda de 13 artículos establecidos por Arabia Saudita y otras naciones árabes”, indicó Erdogan, tras afirmar que la lista contradice el derecho internacional y la soberanía de Doha.
“Hay un ataque a los derechos de soberanía de un estado”, insistió el presidente turco, según un reporte de la agencia de noticias turca Anadolu.
Entre las demandas exigidas a Qatar se incluyen el cierre de la cadena de televisión Al Yazira, la cancelación inmediata del establecimiento de una base militar turca en territorio qatarí y la extradición de terroristas.
Además los países árabes exigen a Qatar cortar todo vínculo con grupos vinculados con el extremismo como Hermandad Musulmana de Egipto, la milicia chiíta libanesa Hezbolá, así como con la red Al Qaeda y el extremista Estado Islámico (EI).
También piden que Qatar deje todos los medios de financiación a individuos, grupos u organizaciones designados como terroristas por las cuatro naciones, y entregar a “figuras terroristas”, fugitivos e individuos buscados en sus países de origen, congelar sus activos y proporcionar toda información sobre ellos.
Doha debe además negarse a naturalizar a los ciudadanos de los cuatro países y revocar la ciudadanía qatarí a todas aquellas personas que violen las leyes antiterroristas; y cesar contactos con la oposición política en Arabia Saudita, EAU, Egipto y Bahréin.
Los cuatro Estados árabes dieron un plazo de 10 días para que Qatar cumpla con todas esas exigencias, que incluyen el pago de una suma, no especificada, en compensación por “pérdida de vidas y otras pérdidas financieras causadas por las políticas de Qatar”.
Sobre la demanda de los Estados árabes de que Turquía cierre su base militar en Qatar, Erdogan afirmó que la retirada militar de Turquía es también «una falta de respeto» hacia el país y una intromisión en los acuerdos bilaterales.
“¿Debemos obtener permiso cuando hacemos un acuerdo de cooperación de defensa con cualquier país?, preguntó el mandatario a los periodistas y respondió que Turquía no es un país que tenga que pedir permiso para tomar sus decisiones.
A principios de este mes, el Parlamento de Turquía votó para desplegar más tropas a la base militar en Qatar y aprobó la formación de las fuerzas de qataríes por gendarmerías turcos, luego de la ruptura de las relaciones con Doha.
El pasado 5 de junio, Arabia Saudita, Bahrein, Egipto y Emiratos Árabes Unidos anunciaron el rompimiento de sus relaciones diplomáticas con Qatar, acusándolo de financiar a grupos terroristas y promover la ideología extremista, lo que condujo a otros países de la región a adoptar medidas similares.
Qatar niega enérgicamente las acusaciones de que apoya el terrorismo, que considera injustificadas, y rechaza el pliego de peticiones presentado por los vecinos países árabes para levantar las sanciones diplomáticas y económicas en su contra, por considerarlas que “no son pedidos razonables o procesables, sino que intentan limitar su soberanía”.





