De no ser por las reformas legales emprendidas al inicio del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, ningún resultado, se aprecia tangible en el combate a la corrupción, suficiente para amarrar las manos a gobernadores y alcaldes contemporáneos al sexenio en funciones; pues las Leyes de Ejecución Penal y el Sistema Integral de Justicia para Adolescentes, no son suficientes para justificar un sistema nacional anticorrupción comprometido por el régimen del presidente Peña Nieto y que hasta hoy, en los primeros días del segundo semestre del quinto año de gobierno, no se ha podido concretar.
Lo mismo puede afirmarse en el combate al crimen organizado y la guerra contra las drogas, donde los resultados han sido adversos a la incidencia delictiva, que crece cotidianamente, manchando de sangre zonas urbanas y rurales de todo el territorio nacional y ubicando en la estadística mundial a México, como el segundo país con mayor inseguridad en el mundo, solo superado por Siria, que ya es decir, suponiendo que el comparativo con un país en guerra, no sea el más adecuado para México.
En el Proyecto Educativo Nacional, el desgaste enfrentado por las autoridades del ramo, en contra de las secciones sindicales de la CNTE, que no termina por aceptar el nuevo modelo educativo propuesto por Emilio Chuayffet y defendido, a capa y espada por el Secretario Aurelio Nuño Mayer, permanece igual, sin avance en los estados de Michoacán, Oaxaca y Guerrero; y las amenazas del gobierno para no pagar y rescindir los contratos de trabajo a los maestros negados a la evaluación, de nada sirvieron puesto que a la fecha no hay adeudos pendientes de cubrir a maestros de ninguna de las organizaciones sindicales, ni de las institucionales del SNTE, ni de las antigobiernistas de la CNTE.
De las relaciones con los Estados Unidos de Norteamérica, la catástrofe que se veía venir contra México a la llegada de Donald Trump, por fortuna se ha reducido a las expectativas pendientes de la revisión del Tratado de Libre Comercio y las deportaciones de migrantes mexicanos, por medio de la resistencia de residentes legales e ilegales de origen latino, se mantiene sin los grandes daños que se pensaba repercutirían en agravio de millones de familias deportadas.
Medio ambiente y campo enfrentan grandes rezagos que el gobierno de Enrique Peña Nieto difícilmente podrá resolver en lo que le resta para llegar a su fin y a la transición de poderes públicos, en los que a toda costa, al igual que sucedió en la última elección para gobernador del Estado de México, el PRI, con todo el apoyo de los Pinos, pretenderá ganar la elección del sucesor del licenciado Enrique Peña Nieto, quien con las mismas técnicas y los mismos apoyos utilizados para llevar al triunfo al candidato Alfredo del Mazo Maza, planea desde ahora, proyecta y ejecuta, la jugada política más importante, no sólo de su gobierno; sino de su carrera política y de su vida, por la trascendencia que se espera del resultado final.
La elaboración del Plan básico de gobierno para la administración pública federal de 2018-2024, deberá sustentarse en las Reformas Estructurales que por su buen manejo entre el Secretario de Hacienda José Antonio Meade Kuribreña; el Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong y el Secretario de Relaciones Exteriores Luis Videgaray Caso; los tres de la cuadra peñista, serán los que aplicando un spring, llegarán a la meta de la candidatura presidencial del PRI, para que se defienda la camiseta tricolor con toda la fuerza, inteligencia y experiencia, necesarias para derrotar a los contendientes azules, amarillos, turquesas, rojos, naranjas y marrones.
De un momento a otro, antes de que regrese el ex gobernador de Veracruz doctor Javier Duarte de Ochoa, extraditado a México, podría presentar su renuncia al CEN del PRI, el líder Enrique Ochoa Reza y su lugar, ocuparlo la Secretaria General del mismo partido, Claudia Ruiz Massieu, para no perder el timón del tricolor y para no interrumpir la elaboración del Plan Sexenal para el próximo gobierno.
